Microrrelato: El Ford T
Publicado en Sep 12, 2012
Mi calle es estrecha, muy estrecha. Cuando se encuentran dos coches no pueden pasar al mismo tiempo. Y uno de ellos debe subirse a la acera, arrimándose a la pared hasta casi rayar la pintura. El pasado domingo anochecía suavemente y yo degustaba la muerte de la luz desde la ventana de mi cuarto. De súbito cruzó raudo un viejo Ford T causando estridente ruido y levantando una nube de polvo. El silencio y la armonía tardó unos segundos en imperar de nuevo. Apenas vuelta la calma se oyeron unos disparos al final de la calle. Fue entonces cuando vino corriendo por la acera mi hermana Julia. Golpeó la puerta de casa gritando mi nombre con desespero. Cuando le abrí se echó en mis brazos y me manchó de sangre.
-Es de mamá, Anita. De mamá!! Me colapsé y no podía comprender lo que estaba sucediendo. Mi hermana pequeña lloraba amargamente abrazada a mis caderas. Yo tenía sangre de mamá en una de mis manos. Un viejo Ford T cruzó raudo la calle y levantó una nube de polvo. Me dije: "Dentro de unos momentos vendrá mi hermana corriendo". Y aguardé a que esto sucediera.
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
felicitaciones