Miguel Strogoff, El Correo del Zar
Publicado en Sep 12, 2012
‘Miguel Strogoff, el correo del Zar’, fue publicada en 1876, cuando Julio Verne ya era un novelista famoso. Describe las aventuras del cartero real comisionado de transitar por toda la nación rusa advirtiendo a todos de la invasión tártara.Cinco mil doscientos verstas -más de 5.500 kilómetros-, invadidas por enemigos peligrosisimos, y riesgos sumamente extremos debiò recorrer Miguel Strogoff, el correo del zar, para desempeñar la misión que se le hubo confiado. Los tártaros, sublevados y dirigidos por un traidor ruso, habían irrumpido en Siberia y habìan cortado todos las líneas telegráficas entre lrkutsk, ciudad donde se encontraba el hermano del soberano, y Moscú. Acompañado de Nadia, una joven que siguió el mismo camino, Miguel Strogoff se vio envuelto en los más difíciles sucesos, resultó humillado y calificado un cobarde, se viò forzado a desconocer a su madre, resistió inimaginables torturas..., todo para alcanzar el éxito y llegar al final de su prodigioso viaje a través de las estepas rusas, llevando el mensaje del zar al gran duque.El imperio ruso se ve resquebrajado por una incursión mongol de formidables proporciones, además de los problemas que se originaron debido a la presencia del inefable Iván Ogareff. Se hizo imperiosa, pues, la presencia de un hombre que conociera el territorio a la perfección, además de valor y pujanza inalterables que lo llevasen ante el gobernador de Siberia, hermano del zar, ya que su vida corrìa peligro. Ante esto, el zar decidiò consignar a uno de sus mejores hombres, para que hiciera el terrorífico viaje desde el mismísimo palacio en Moscú hasta la distante Siberia. Ese hombre no era otro que Miguel Strogoff, correo del zar de Rusia y, al parecer, un compendio de las virtudes inevitables para llevar a cabo la delicada misión de atravesar el país y plantarse ante Iván Ogareff. Éste no sólo había decidido pasarse a filas insurrectas, sino que su traición tenía otro propósito: asesinar al gobernador de Siberia, quien lo castigó al destierro años atrás. Ni siquiera la cercanía de su madre en Siberia, a quien no veía en muchos años, ni el frío de las estepas, ni la presencia de pavorosos enemigos pudieron someter el ímpetu y la fuerte noción de deber que llevaron a nuestro protagonista a recorrer más de cinco mil kilómetros saturados de peligros y fatalidades. Y su hazaña se mezcló con la oportunidad propicia para que Julio Verne nos fascinara, deleitara y asombrase con su idoneidad descriptiva y conocimiento universal de los temas, los cuales siempre transmitió de manera didáctica. El territorio, la fauna y la flora de Rusia, así como sus usanzas y también las tártaras, sirvieron de escenario tanto para que corriera la pluma del maestro francés, como para que ocurrieran las ingeniosidades de nuestro superhombre siberiano- Asì fue como El Zar encomendó a Miguel Strogoff llevar una carta al duque de Irkutsk en la que le previno ante la invasión de su territorio por los Tártaros que, encabezados por el traidor Ogareff, pretendieron, además quitarle la vida. En su accidentado viaje, el correo se tropezó accidentalmente con la joven Nadia, que se dirigía al mismo destino en busca de su padre, y con dos periodistas –Jolivet y Blount-. Juntos atravesaron infinidad de peripecias y de las mas variadas hasta que Strogoff acabó siendo descubierto. Al quedar ciego, debió valerse de la muchacha hasta que ella se convirtió en su lazarillo; por la que pronto comenzó a sentir algo más que gratitud. Mas allà de no contar con el elemento de ciencia ficción propio de la mayoría de las obras de de uno de los predecesores de ese género, este sublime relato de aventuras pronto se convirtió en uno de los clásicos de Julio Verne. Los tártaros, amotinados y adiestrados por el gran traidor ruso, invadieron Siberia y cortaron todos las líneas telegráficas entre lrkutsk, ciudad donde se encontraba el hermano del soberano. Acompañado de Nadia, una joven que seguía el mismo camino, y de los de los ocurrentes periodistas Blount y Jolivet, Miguel Strogoff se encontrará inesperadamente envuelto en los más azarosos episodios para pretender alcanzar el éxito y llegar al final de su prodigioso viaje a través de las estepas rusas, con el recado del zar a su hermano, el gran Duque.
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