El Idiota
Publicado en Sep 14, 2012
El idiota es una novela de Dostoievski escrita en el año 1868. El autor ruso nos ayuda a esclarecer con su infinita sabiduría desde su obra mas irónica radiografiando el acontecer socio-político de una Rusia a punto de esos cambios sociales históricos que signaron el rumbo de una nueva historia, aquí también Fiood Dostoievsky demuestra su maestría para definir perfiles psicológicos en personajes con interesantísimos mundos interiores. Además , pese a pertenecer a una sólida posición social debido a su clase social aristocrática como la mayoría de su clase no tiene un peso partido por la mitad. Miskin, solitario y enfermizo toda su vida debió retornar a San Petersburgo tras la muerte de su tutor y alli se encontró con una serie de situaciones determinantes para el resto de su existencia. El Idiota es una gran novela repleta de personajes reales que podían encontrarse en la Rusia de aquellos tiempos y es también la novela donde mas claramente Dostoievski se burla de la sociedad Rusa ante los ojos de este pobre idiota, que no es más que un ser bueno e ingenuo desacostumbrado a las maldades de la sociedad. El idiota (1868) es su aventura-novela más autobiográfica y valorada: el príncipe Mishkin, el idiota, y Dostoievski (1821-1881 ), el autor, conllevan maneras de vivir y sentir, casi idénticas por lo menos singularmente comunes. El 23 de abril de 1849 Fedor fue aprehendido y encarcelado por formar parte de El Círculo, un grupo intelectual y liberal, calumniado por complotar contra el zar Nicolás I. Unos meses más tarde era procesado y condenado a muerte. Sufría de epilepsia, durante esa época sus ataques fueron progresando y nultiplicandose cada vez más La figura del príncipe Mishkin, protagonista de El idiota, aparece retratada como la figura de un hombre bondadoso- la fuerte representación de la nobleza- probo, cordial, espontáneo, humilde, al que acaban minàndolo sus bajas pasiones, signadas por los acontecimientos que el destino le va entretejiendo. Todos los estereotipos de la sociedad rusa de mitad de siglo XIX -sociedad que lo tenía devastado- se hallan admirablemente dibujados en las 700 páginas de una novela que tuvo su mayor logro en el hecho de poder adelantarse a su tiempo.El príncipe Mishkin, adorable, cautivador, tanto que le complacerìa al lector sacarlo del libro de Fedor y llevárselo a vivir consigo, al que empieza a enternecerse con èl, justo en el mismo instante en el que lee la descripción escrupulosa que realiza Dostoievski de él (una de las mejores de la literatura universal), persigue la perfección moral dentro de una sociedad desgastada por la rencor,los celos, el poder, la mezquindad; él imagina y supone y da por sentado que todo el mundo es misericordioso, descree que existan personas con malas intenciones: cándido y compasivo, por demàs; su compasividad lo enreda, lo aturde y, el idiota, pierde al amor por la vida. Adentrarse en la lectura de El idiota es como observar un cuadro bellísimo cargado de infinitos matices, que despierta al espectador un cúmulo inagotable de sensaciones.La Rusia zarista, hasta mediados del siglo XIX, apenas contaba con una breve trayectoria literaria escasamente relevante. Tal vez sea necesario buscar los motivos en la profunda espiritualidad del pueblo ruso, que encontró una vertiente de expresión conveniente en la literatura.Las letras rusas por aquellos años –aun dentro de las hormas del Realismo narrativo imperante- se diferencian de las de otros países en ese elemento espiritual que es parte principal de la novela del imperio zarista. En Rusia, los autores abordan sus temas de la realidad pero van un paso más allá que los de otros lugares: si en éstos el propòsito perseguido es puramente documental, de reproducción fotográfica de la sociedad, en aquélla tratan de desentrañar que encontramos en los recovecos del alma humana para percibir y entender la esencia del hombre ruso y, con ello, del Hombre en general. Naturalmente, esto comporta una crítica –en ocasiones, rigurosísima- de la sociedad, especialmente de la aristocracia, revelada como una clase indolente y frívola que supone un obstáculo para el progreso del país. Y es que Rusia, aún sometida a un sistema feudal en plena era de la industrialización, necesitaba de alguien que avivara las conciencias a favor del progreso.Sin embargo, Fiódor Mijáilovich Dostoievski (Moscú, 1821-1881), aunque también luchó persiguiendo ese objetivo, fue un intelectual más interesado en el estudio del ser humano. Esto ocurre en El jugador, pero, especialmente en El idiota, que nos muestra al príncipe Myspkin, un hombre que, tras estar recluido varios años en un hospital psiquiátrico, regresa a San Petersburgo. Como su perversión les hace incompetentes para comprender que el príncipe es un hombre bueno e ingenuo, pronto lo terminan bautizando como ‘el idiota’. Dostoievski nos deja a través de su obra una reflexión sobre lo actitud perversa que el hombre adopta en sociedad, tal vez arrastrado por la malevolencia de los demás; ser incapaz de comprender a una persona buena, porque primero lo consideraron un falsario y, más tarde -cuando se convencen de su sinceridad- un idiota.
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