Neoliberalismo y globalizacin. Anlisis de filmes.
Publicado en Sep 15, 2012
La globalización y la apertura económica se han convertido en un fenómeno a nivel mundial, para unos ha significado el progeso económico y ventajas sociales, mientras que para otro ha resultado una amenaza. Los movimientos sociales que han surgido como resistencia a este fenómeno se caracterizan, entre otras cosas, por la defensa de radicalización de las ideologías que defienden, además de una heterogeneidad amplia en los lugares geográficos donde surgen, adaptadas a las circunstancias espaciales, las formas de manifestación, que pueden ir desde manifestaciones pacíficas al enfrentamiento armado, los objetivos que persiguen, que pueden ser claros o confusos, niveles de organización, compactos o fragmentados y otras características. Ante ello, la respuesta estatal, en búsqueda de la preservación del sistema y la prevalencia de sus intereses ha sido contundente, manifestada en la violencia. En las diferentes películas vistas, encontramos diferentes tipos de violencia ejercidas, de tipo político, social, económica, étnica, simbólica entre otras. En el presente ensayo abordaremos algunas de ellas, así como ahondaremos en las formas como se ha manifestado dicha resistencia y los actores sociales involucrados. En primer lugar, abordaremos la violencia política. La política, en su tarea estructuradora del poder otorga forma. La violencia política surge con la misma implantación del neoliberalismo, como forma de predominio de cierto poder social y económico. Esta violencia es inherente al funcionamiento del sistema, se convierte en la forma de materialización eficaz de los objetivos económicos perseguidos. En el caso argentino, por ejemplo, con la dictadura militar se aplicó una violencia política, destinada a la segregación y neutralización de la disidencia política, a la vez constituye una forma de violencia social como consecuencia de las acciones de la violencia política, pues por medio de ella se “regula” la vida social de las personas, como siempre ocurre en las dictaduras, que “suspenden” derechos humanos, restringen la libertad de las personas de circulación, asociación, libre pensamiento entre otras y aplican nuevas normas sociales a las que se debe acoger la población. También en el caso de Chiapas, donde a los indígenas se les ha privado de todo tipo de reconocimiento político, además de violencia étnica, pues se ha discriminado y humillado a la minoría indígena, y se les ha excluido de la participación en la toma de decisiones económicas y políticas concernientes a la tierra, además que se les ha menoscabado en sus derechos e ignorado históricamente. “ La privatización y la desregulación a gran escala han creado ejércitos de personas expulsadas, cuyos servicios ya no son requeridos, cuyos estilos de vida son despreciados por “atrasados”, cuyas necesidades básicas no son satisfechas.” (Klein, 2002). La violencia económica está presente en todos los casos estudiados, lo vemos en Argentina, Suráfrica, Corea del Sur, Chiapas, en escasez económica de los suburbios franceses entre otros ejemplos. Esta violencia es producto de la incursión agresiva de las políticas neoliberalistas en los países, que entran a “estructurar” economías, sin tener en cuenta las condiciones sociales y económicas de estos lugares. Está representada en la la fuerza impositiva del neoliberalismo, que arrastra a la pobreza, desempleo, falta de recursos y de acceso a servicios, falta de acceso a la tierra, en los países en donde se implanta. En el caso de Suráfrica, con el Apartheid y discriminación en contra de la población negra, en Chiapas, donde se ha excluido a la minoría indígena, se le ha menoscabado su cultura e ignorado históricamente; September 11, que representa la persecución en contra de los musulmanes – cortometraje de India- a raíz de los atentados, y La Haine, quizá el caso más notable, donde muestran la sobrevivencia diaria de grupos excluidos –musulmanes, judíos y negros- representan la violencia étnica y racial que se ha emprendido en contra de minorías sociales, producto de la misma lógica excluyente del sistema neoliberalista . Dicha exclusión es ejercida por una clase o grupo social en el poder que, para la consecución de los fines neoliberalistas requiere el ejercicio de control social, de manera que se garanticen las condiciones para la implantación y éxito del sistema. Esta exclusión existe, aunque es invisibilizada por los gobiernos y el sistema, quienes constantemente ignoran la existencia de estos problemas y crisis sociales. Dicha exclusión es el resultado de condiciones sociales actuales creadas a raíz del proceso de descolonización de estos países (so far, so good), que a se autodenominan “multirraciales”, pero que realmente no han logrado asimilar todo el proceso y no han logrado llevar a una integración efectiva de todos los grupos sociales en ese concepto. Otro ejemplo que cabe mencionar en este punto es la violencia de género. Lo evidenciamos en Fourth World War con el exterminio realizado de los hombres de la comunidad en Bosnia-Herzagovina, y por otro lado, en la exclusión de la mujer en todos los aspectos de la vida social, como se evidencia en La Haine, expresado en la invisibilidad de la mujer en la película, y cuando aparecen, siempre es en contraposición de la masculinidad del hombre. Otro tipo de violencia es la violencia simbólica, que se manifiesta en September 11. A pesar de que a este acontecimiento se le ha entendido como un ataque directo a la población civil, y de hecho lo fue, realmente vemos el simbolismo mismo de los atentados. El pentágonos, las torres gemelas, posiblemente el capitolio o la Casa Blanca eran los objetivos terroristas. Todos ellos tiene en común que son símbolos del poderío económico, militar y político de la superportencia y el sistema. El desplome de las Torres gemelas, en la espectacularidad del evento en sí mismo, significó además el desmoronamiento simbólico del sistema capitalista. (El espíritu del terrorismo). Este tipo de lucha “simbólica”, más potente y agresiva desafía la violencia que espera el capitalismo en sí mismo, que es una violencia en términos de correlación de fuerzas. (Baudrillard). En Fourth World War en Argentina durante la dictadura, el Estado actúa utilizando la coacción y persecución ilegítima, representada en asesinatos, torturas, detenciones ilegales, secuestros y desapariciones. En las manifestaciones populares – Argentina, Corea del Sur, Seattle en Fourth World War, y en Francia, en La Haine-, siempre la respuesta estatal es la represión policial. September 11, EE.UU invadiendo Irak y Afganistán. Estos ejemplos dejan en manifiesto que todos los tipos de violencia, se constituyen y derivan en violencia física, que es finalmente la forma en que el Estado implanta su régimen del terror y consigue sus objetivos, generando miedo y temor, aplastando al otro, en toda la extensión de la frase, a través de su maquinaria represiva. Los actores sociales contra los que se ejerce esta violencia son en la mayoría de los casos personas pobres, marginados, minorías étnicas, la clase trabajadora. Todos ellos tienen en común que son los relegados del neoliberalismo, los excluidos para los cuales no hay lugar en esa estructura creada y pensada para este sistema económico, pensado para las élites y conglomerados poderosos económicamente y políticamente, y para las mayorías sociales. Todos ellos están en desventaja económica, son la clase obrera y trabajadora, los exprimidos del sistema, los que sufren en carne propia las consecuencias negativas del neoliberalismo. Por otro lado, estudiando el caso de las resistencias, encontramos que han sido movimientos sociales que han surgido por la necesidad de una distribución justa de la riqueza, igualdad económica, social y de género, democratización del poder, garantía de derechos entre otras exigencias. A la vez, se ha manifestado en la constitución de una gran cantidad de movimientos sociales, amplios y heterogéneos, y que de formas diferentes se han organizado y expresado la resistencia. En Fourth World War y La Heine, vemos quizá la más predominante que es a través de manifestaciones de las masas, protestas, unas de carácter pacífico, otras violentas, que ante todo buscan la expresión de la inconformidad ante las políticas neoliberales, deseos de cambio, exigencias de igualdades. Como se dijo anteriormente, son muy amplias entre sí, incluyen diversos sectores sociales y clases, otras más bien conformadas por sectores marginados, algunas muy organizadas, estructuradas, otras más bien fragmentadas. En September 11, con los atentados terroristas al World Trade Center, se deja en manifiesto una nueva forma de resistencia que se planteaba como un enemigo invisible: el terrorismo. En muchos casos, la resistencia es una respuesta a una violencia sembrada anteriormente (Baudrillard), que establece un monopolio a nivel mundial ante el cual resulta complicado responder de manera “efectiva”. Ante eso el sistema ha obligado a cambiar las reglas del juego y crar nuevas formas de respuesta, que en muchas ocasiones es desmedida. ( El espíritu del terrorismo). En este contexto, se explica por ejemplo, el surgimiento del terrorismo como respuesta extrema al sistema, que no deja otras opciones diferentes al terror, que al final son terror contra terror. Éstos actos, no son justificables desde el punto de vista moral, pero si se considera bajo la premisa de que la globalización y el sistema predominante han sido despiadados e inmorales en sus actos mismos, es posible verlo desde una perspectiva diferente. (El espíritu del terrorismo). Es así como el sistema y los Estados no han permitido, ni han ofrecido las herramientas legales a la población para la manifestación, por el contrario, ha resultado avasallador y represivo. Esto se presta para la radicalización política e ideológica de la resistencia, (De Seattle a Porto Alegre) como en el caso del terrorismo expuesto anteriormente, y también manifestado en el surgimiento de resistencias armadas y violentas, como en el caso de Chiapas, en el que se constituye un grupo armado para la exigencia del acceso a la tierra. Finalmente podemos concluir que la política neoliberalista en la actualidad está teniendo gran difusión en todos los rincones del planeta, acompañada de una política de privatización que vela por los intereses de los grandes conglomerados financieros, en detrimiento de las economías nacionales y soberanía de los países. Además, la política neoliberalista ha tratado de prevalecer por medio de la expresión del terrorismo de estado y la violencia como forma de represión y de silenciamiento de la disidencia y la oposición. Ante ello, el mundo y las sociedades, no se han quedado calladas y han expresado su oposición con el surgimiento de movimientos sociales de resistencias, que con sus características particulares, logran tener relevancia y dibujan nuevas perspectivas económicas y sociales, y cuyo activismo e ideales identifican las nuevas generaciones, defensoras de nacionalismo.
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