Era tan buena....
Publicado en Oct 11, 2012
Como todo mortal, tengo dos certezas. En primer lugar se que inevitablemente tendré que morir, y en segundo lugar se que cuando eso ocurra no faltará quien se refiera a mi como una persona "tan buena". Típico que los muertos se vuelven buenos, independientemente de lo que hallan hecho en vida. Es como si al llegar la parca, fuesen investidos de bondad o los otros, los que quedan, sufrieran una especie de amnesia producto de tan triste pérdida.
Bueno, para evitar ese error, es que he preparado una suerte de manual de instrucciones para cuando ocurra mi deceso. Obvio, no tengo idea del lugar, cirscuntancias o momento de mi muerte, pero los que me sobrevivan sirvanse leer lo siguiente, como un favor póstumo: Cuando se extinga mi luz, coloquen junto a mi una foto familiar, para que al cruzar el umbral pueda recordarlos. Coloquen alrededor de mi ataud flores frescas, de preferencia rosas rojas o color salmón, cuatro jarrones como máximo; la música no debe faltar, en lo posible de mi artista favorito, pero que sea suave, para no ofender espiritus más sensibles. Oren, recen mucho, les aseguro que mi alma lo va a necesitar. Una vez resuelto eso, resta lo más importante, la despedida en el cementerio. Elegiria yo misma al orador, pero como no se quíen me sobrevivirá, me gustaria que leyera alguien que me haya conocido en las buenas y en las malas, para que hable con propiedad. Llegado el momento debe decir lo siguiente: Ella era buena...sí muy buena para hablar, hablar y hablar y no tan buena para escuchar sin dar su opinión sobre lo que fuera. Ella era buena...tan buena...para tener pajaritos en la cabeza y no tan buena para concentrarse más de cinco minutos en la misma actividad. Ella era buena...sí buenísima para enojarse por cualquier cosa, debe ser por los genes italianos tan apasionados que la hacian un tanto explosiva. Ella tan buena...tan buena para romper dietas, todos los lunes comenzaba una dieta y sagradamente la abandonaba el viernes. Ella era tan buena...bueno, no era un ángel, pero tampoco un demonio, no todo el tiempo por lo menos. Lo importante, es que por propia voluntad o por obligación estamos aquí reunidos para despedir a esta mujer, y cerciorarnos de que ya será problema de los espiritus del más alla. En nombre de la occisa, les agradezco su sacrificio y les recuerdo por cierto que "del otro lado" ya sabían que no hay devolución, así que pueden marcharse en paz. Esto seria lo ideal, seria más sincero, y de haber lágrimas serian genuinas. En fin... ella era tan buena...
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