¿Qué pasa con todo?, a veces el miedo a no terminar las cosas
nos lleva a un sitio sin retroceso;
ya no somos soldados valientes,
ni siquiera chicos perdidos;
no nos quedan sueños, a éso se le llama no tener historia.

La nuestra podría empezar desde los bosques azules,
desde un pequeño mensaje que no tiene destinatario,
o bien, desde un armario lleno de polvos y telarañas.

Como escritor, me imaginaba que sólo necesitaba una historia, algo que pudiese ser novelesco
seco, imaginativo pero insensible, común. Me llevé una sorpresa al darme cuenta de que mi vida había tenido un giro completamente radical; todo éso pasó cuando recordé unas cartitas metidas en mi pequeña cajita escondidita dentro de mi armario. Con mera curiosidad quise recordar aquél tiempo (tal vez el único en que pude ser inocente y sin vicios) en donde no sabía que estava más vivo que nunca.

Abrí la primera, y un niño.... me narraba ésta historia....