Me gustó aquello de que nos encontráramos en el espacio y que me dijiste hace algunos días, es probable que en el fondo no estés tan divorciada de la realidad. Pensándolo bien, puede ser hasta exageradamente acertado, ya que muchas veces en lo personal, imagino salir un rato del mundo, bajarme de él y mirar desde lejos como pasan los hechos. Los dramas más complicados no lo son tanto e incluso pueden en el fondo llegar a tener brotes graciosos y contradictorios, hechos al principio incomprensible que al entenderlos en vez de amargura, tan solo son capaces de arrancarnos una extraña sonrisa,  quizás incomprensible para los demás. Este hecho fantasioso y compartido ha sido una de las múltiples circunstancias que ha acercado esta esencia eterna, muchas veces olvidada, que es nuestro propio espíritu y de esa manera mientras en él, el amor exista, será posible que sobreviva al habitar en cada corazón de quien lo posea y cuando físicamente no nos encontremos, como me dijiste y cuando muera y para el universo nuestra muerte tan solo sea un hecho indiferente,  es posible que no, sino que al bajarse el telón de nuestras vidas, el público aplaudirá todo lo vivido en el escenario y se irá complacido al comprobar haber conocido unos actores que han desarrollado una buena función y como en todo buen acto, drama o hecho de la vida, será debidamente reconocido y hasta posiblemente recordado. Debemos además de esa ovación, dar gracias de nuevo por ello a Shakespeare, Edgar Alan, Honoré, West, Dante, Cervantes, Kafka, Sábato, Trevanian, Gabito y muchos más y quizás hasta a ti misma, que logras escribir cada día con fuego y en vivo, en las hojas aún vírgenes de mi alma……

Caracas, insolar, Marzo 2006