Desde que lo vi por primera vez pensé que era el tipo más guapo de todo el mundo, sus ojos color verde y su sonrisa perfecta me hipnotizaron.
Era una tarde soleada, el hablaba con otra persona un muchacho igual de guapo que el, se veía un poco mas joven, era mas alto y delgado y con una sonrisa igual de perfecta que la de el.
Baje del auto lentamente sin quitarle los ojos de encima al muchacho del cabello rojo –alguien no puede ser tan perfecto- pensé. Los dos voltearon a verme al mismo tiempo, el muchacho alto y delgado me sonrió y yo me puse roja, el de cabello rojo se limito a mirarme de arriba abajo sin hacer ninguna clase de gesto.
Yo camine hacia la casa de alado de la de ellos –que por cierto seria mi nueva casa- y entre, el piso era color madera y las paredes estaban pintadas de blanco, las escaleras tenían forma de medio espiral, me dirigí al piso de arriba a ver mas de la casa, había dos puertas y detrás de mi había dos mas. Al escuchar gritos dentro de la casa recordé que no era hija única de esta familia por lo que eche a correr a una de las habitaciones que se encontraban detrás de mi y cerré poniendo seguro a la puerta, el cuarto era grande y tenia dos ventanales por los que entraba bastante luz, abrí uno de ellos y Salí al balcón.
Este tenia vista al patio trasero de la casa, y lo mejor de todo también al de los vecinos.
-creo que este es el mejor cuarto de todos- dije al tiempo en el que en mi rostro se dibujaba una sonrisa.
Los señores de la mudanza ya habían empezado a meter cosas a la casa, mi papa les ayudaba y mi mama indicaba donde debía ir cada cosa.
Por lo normal no me gustaba cambiarme de casa, pero creo que esta será la excepción, jamás imagine mudarme alado de unos chavos tan guapos como aquellos.
Salí de la casa en dirección al auto de mi padre, para poder sacar de ahí a mi perro manchas que daba ladridos, ya no sabía si eran de gusto o de desesperación.
Al abrir la puerta este salió corriendo moviendo la cola quedándose junto a mí mientras yo sacaba mi mochila y unas cuantas cosas más.
-Es un perro muy grande- dijo una voz masculina detrás de mi
voltee a ver quien me hablaba y para mi sorpresa era el muchacho delgado
-hola- dijo con una gran sonrisa dibujada en su perfecto rostro
-hola- dije yo con otra gran sonrisa
-me llamo Mikey Way y ¿tu?
-Andy –estaba eufórica de la felicidad
-y ¿Qué edad tienes, Andy?
-dieciséis ¿tu?
-yo tengo diecinueve
-¿y el chavo que estaba contigo es tu hermano?
-si es mi hermano se llama Gerard, discúlpalo la verdad es un grosero no quiso venir a presentarse
-a bueno tal vez será en otro momento
-eres muy linda tal vez algún día podamos salir
-si tal vez- dije con una sonrisa- bueno perdón que te deje pero tengo muchas cosas que hacer me encanto hablar contigo Mikey
-a mi también, adiós- dijo el dando media vuelta para irse
Camine lentamente hasta el interior de la casa, una vez dentro eche a correr hacia arriba estaba mas que feliz, tal vez desde este día me gusten los cambios.
Mi madre me llamo para ir a comprar la cena, así que me puse un abrigo y mi hermana mayor me acompaño, caminamos lentamente y en silencio hasta que mi hermana dijo
-bueno, te vi hablando con uno de los vecinos, tienes que contármelo todo
las dos reímos, mi hermana era la que mejor me entendía tal vez porque ella ya había pasado por las etapas que yo estoy pasando
-bueno el delgado se llama Mikey Way y tiene 19 y su hermano se llama Gerard
-aja…
-eso es todo la verdad solo se presento y bueno, dijo que algún día tal vez podamos salir
-¡aaaaaa!
-cállate, dijo algún día ósea que no es seguro.
Seguimos caminando en silencio y de regreso igual, en la cena nadie dijo nada y todos subimos a dormir.
                                                 
                                               GEE:
Tocaba mi guitarra en mi habitación con las luces apagadas. Mientras no paraba de pensar en esa chica, era tan linda con una sonrisa encantadora. ¿Cómo se llamara? ¿Que edad tendrá? ¿Tendrá novio? No podía sacármela de la cabeza.
-debí haber ido con Mikey a saludarla
Como no podía concentrarme deje la guitarra a un lado y fui a recostarme a mi cama mientras ponía el disco de kiss en el reproductor de música y seleccionaba I STILL LOVE YOU
cerré los ojos para poder entender mejor la canción, pero en lo único que pensaba era en ella.

ANDY:
La luz del sol entraba por el gran ventanal haciendo que me despertara y dejara a medias ese hermoso sueño que había tenido, me puse un short y una playera de tirantes y baje con mi perro a desayunar.
Y después Salí con mi papa a comprar unas cuantas cosas para la casa que mi mama nos había encargado a ambos,  yo iba cantando una canción mientras pensaba en Gerard, ¿que pensara de mi?
-¿Quién hija?
rayos no me había dado cuenta que iba pensando en voz alta
-amm nadie
mi papa me miro, sabia que mentía pero no insistió en saberlo.
Cuando llegamos a casa Mikey, Gerard y otros dos muchachos, uno de ellos era de baja estatura pero igualmente guapo el otro tenia un peinado explosivo parecía más bien un afro.
Yo entre a la casa por la correa de mi perro para salir a pasearlo –solo quería una excusa para estar afuera-.
Cuando iba a cruzar la calle Mikey me grito, venia corriendo hacia a mi
-hola, ¿te molestaría si te acompañara?
-por supuesto que no- dije con una sonrisa, la verdad me daba gusto que viniera conmigo- ¿y tus amigos?
-a ellos mmm, ven vamos te los voy a presentar
Me gustaba conocer gente además podría ser mi oportunidad de hablar con Gerard
-vamos.
-chicos ella es Andy es la nueva vecina
-hola- dije nerviosa
-soy Frank y el del súper afro es Ray- dijo con una sonrisa que inspiraba confianza
-y el es mi hermano Gerard- dijo Mikey señalándolo con la mano
-hola- fue todo lo que dijo, ni una sonrisa ni nada.
-y- Frank hizo una pequeña pausa me miro a los ojos y dijo- ¿tienes novio?
no pude ni contestar su pregunta porque Gerard dijo
-no llevas ni cinco minutos conociéndola y ya quieres con ella
Frank le dedico una mirada asesina a Gerard y el solo sonrió.
           *
 Las semanas pasaban lentamente –o al menos así se me hacían a mi- y Gerard no mostraba señales de interés ni siquiera de amigos en mi, su amigo Frank por el contrario siempre me estaba hablando la verdad me caía muy bien, era un buenazo tocando la guitarra hasta prometió enseñarme algún día.