El hombre que estaba atado y que había sido objeto de interrogaciones logró soltarse y corrió hasta donde habían puesto su celular. Acto seguido le marcó al escritor, aunque claro está que desde el interior del cuento, y el escritor, al contestar, reconoció enseguida la voz de su personaje -"era tal como la había imaginado", pensó-. Entonces le advirtió que debía escribir una historia dentro de la historia que escribía donde él, como escritor, adquiría poderes fantásticos para cambiar la realidad porque estaban por llegar "Los Agentes", y también "Parecidos a los Agentes de la película "Matrix"", y con esto, el escritor pudo comprender de qué se trataba todo: ellos venían por él para llevarlo al mundo del libro que estaba escribiendo, así que se sentó a escribir, sabiendo que el tiempo no existía y que ellos, en cuanto él se diera la vuelta y dejara de leer lo que acontecía, estarían tocando a la puerta, así que se narró a sí mismo teniendo tiempo suficiente para cambiar la realidad. "Aumenta una escalera fantástica a la historia, ya luego te explico el por qué". El escritor comenzó a cambiar toda la realidad; escribió la historia dentro de la historia, y en ese nuevo nivel narrativo cambió todo. Fue de la única forma en que pudo escaparse. Así, cuando los Agentes llegaron a la puerta, él los observaba desde atrás de su cortina, mientras que él mismo, pero en la ficción, abría la puerta. Entonces escribió: "Ante sus ojos se desvanecía y ellos quedaron sorprendidos. Luego la escalera se levantó de nuevo, y entraron a la casa. La puerta se cerró detrás de ellos. Y como el escritor recordó la historia de "Casa tomada", de Julio Cortázar, aquello que había tomado la casa regresó y los tomó hasta que ellos mismos se desvanecieron".