Esperanza
Publicado en Oct 22, 2012
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Era una fría noche de diciembre, la nieve caía por las angostas calles de Londres una pareja estaba sentada en un banco de una plaza admirando las luces y la decoración navideña de la ciudad. -Que bonito.-Dice ella, sin embargo él permaneció en silencio, solo asintió y atrajo hacia sí a la muchacha para resguardarla del frío, Christopher,giró su cabeza hacia un lado y hacia el otro, se sentía observado. Sharon, su mujer, levantó su rostro y lo observó.
-Amor,¿Qué ocurre? -Siento que alguien nos está mirando-Dijo él, se puso en pie y observó cada uno de los rincones esperando ver algo, pero no había nada, solo gente feliz saboreando el espíritu navideño de esta época. Sharon detrás de su marido suspiró audiblemente. -Pensé que ya habíamos superado esto, Christopher. -Sharon se levantó, se posicionó detrás de su marido y colocó una mano en su hombro.- Yo también le echo de menos, ¡dios sabe que sí!, cada día entro a su habitación y veo sus juguetes y pienso, él ya no está, pero intento salir adelante por ti, y por ...- Sharon posó su otra mano en su vientre y lo acarició lentamente, y sonrió.- ella. - Christopher se giró y miro a su mujer, vio las lágrimas que corrían por sus mejillas y como el brillo de sus ojos se había apagado, mostrando una profunda tristeza.
Christopher se echó las manos a la cabeza y desvió la mirada. Él no podía seguir, por que cada vez que cerraba los ojos veía como el pequeño cuerpo de su hijo de seisaños flotaba inerte sobre la superficie de la piscina de su hogar, y sentía como lo observaban muchos pares de ojos culpandole de su poca atención. 
-Lo siento Sharon, pero yo no puedo, tuve que haber echo algo y no lo hice, preferí quedarme hablando que cuidar de mi hijo.- Christopher no pudo mirar a la cara a su mujer, la cual le miraba con profunda ternura, ella sabía cuan culpable se sentía su marido, pero no había podido hacerle cambiar de idea.
Christopher depositó un beso en la mejilla de su mujer y se fue, caminó y caminó durante horas, no tenía noción del tiempo, él supuso que Sharon estaría en casa de su familia cenando, y celebrando la fiesta navideña donde él debería estar pero no se sentía con fuerzas.  Divagó por las calles de Londres, hasta que entró en un bar, se sentó en la barra y pidió un matini doble. Mientras bebía, su conciencia le decía que debía estar con su mujer, pero la imagen de su hijo se le aparecía como un fantasma perturbandolo.
 -Lo siento Maiky.-Dijo él con lágrimas en los ojos. Un hombre mayor se sentó a su lado, Christopher lo observó, era medianamente calvo y con barba de color blanco debida a la edad, el anciano se dio cuenta de que Christopher lo miraba y le preguntó.
 -¿Desahogando las penas amigo?.-Christopher no supo que decir, tan solo suspiró y se llevó su vaso a los labios, terminó con el líquido y se dispuso a irse pero el extraño anciano lo detuvo. 
-Oye, ¿Podrías ayudarme? Es que un viejo como yo y toda esa nieve de ahí fuera no puede solo.-Christopher solo asintió y acompañó al anciano. El camino fue silencioso, ninguno de los dos decía nada, el joven estaba sumido en sus pensamientos y el anciano observaba perspicaz al joven.
- ¿Y por qué no estas cenando con tu familia muchacho?.-Preguntó el anciano. Chistopher metió las manos en sus bolsillos y respondió.
 -Digamos que no me encuentro capacitado para celebrar nada.- El anciano asintió y suspiró. 
-Problemas, supongo, ¿Y no tiene con quien desahogarse?¿No tiene a alguien que lo ayude?.
-Mi mujer, pero ella está embarazada y lo menos que quiero es preocuparla... Supongo que esto se me pasará.-El anciano miró a Christopher , paró de andar y le dijo.
 -Tu sabes que ese dolor que estas sintiendo nunca se te pasará. Todo en esta vida no es solo dolor Christopher, tienes que aprender a vivir con la dicha que se te regala como esa hija que pronto nacerá, solo piensa perdiste uno sí, fue doloroso pero fuiste bendecido con otro, es hora de mirar hacia delante y vivir la vida como se nos presenta, por que es un regalo, por algo se llama presente. Siempre tendrás a Michel aquí en tu corazón, pero tu has de vivir por él. - Christopher alzó la cabeza confundido,¿Cómo sabía ese extraño hombre como se llamaba él?y ¿cómo sabía él la tragedia de su hijo?, pero la sorpresa se la llevó cuando al alzar la cabeza se encontró solo, miró hacia la izquierda, hacia la derecha, por todoslados, pero no había nadie, tan solo estaba él, pero ¿dónde estaba? Mientras hablaba con el anciano se despisto y ahora no sabía en donde se hallaba, siguió caminando en busca de una pista para saber su paradero y se encontró de frente con el hospital, entonces su teléfono móvil comenzó a sonar.  -¿Sí?-Contestó.
 -Ven pronto al hospital, tu hija está naciendo.-Le dijo su suegra. Al escuchar eso Christopher salió disparado hacia las escaleras, y fue hacia la sala de espera donde se encontraba la familia de su mujer. Esperó, y esperó hasta que un médico salió informando de que ambas se encontraban en perfecto estado, él por primera vez sintió alegría y su corazón volvió sonreír.
Entró a la habitación, vio a su hermosa mujer sosteniendo un pequeño bulto, se acercó y pudo apreciar el tono rosadito de su piel, el lindo cabello oscuro como el de su madre, y unos ojos grandes verdes como los suyos propios, unas lágrimas descendieron de sus ojos, besó a su mujer en los labios y sostuvo a su hija en los brazos. De pronto oyó un tintineo por la ventana como si fuesen campanas, dirigió su vista hacia afuera y pudo ver en el oscuro cielo que un gran trineo que estaba siendo tirado por renos, sus ojos no lo podían creer, pero aún así sonrió como si de un niño pequeño se tratase, dirigió una mirada a su hija y le dijo agarrando una de sus pequeñas manitas.
-Eres mi mejor regalo de navidad, mi pequeña Esperanza.
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Foto del autor Sonia
Textos Publicados: 2
Miembro desde: Oct 22, 2012
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Descripción

Palabras Clave: esperanza

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (1)add comment
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

Un buen relato, con una carga emootiva interesante. Casos como este los hay y a veces no se pueden superar. Un buen intento
Felicitaciones
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October 23, 2012
 

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