Es de noche. Me llamaste, quedamos en vernos.
Voy a tu encuentro, me encuentro con la calle, con el frío húmedo, 
con el pucho flácido, mojado, difícil de prender, con mi excitación, mis pasos ligeros.
Me encuentro en el bar, te veo a vos, pronto estoy en tu habitación.
Veo tu cara, que me recuerda el atardecer rojo de tu furia, como tu pelo.
Me recuerda nuestro deseo deseoso de ser consumado, explotado, mancillado.
Me abalanzo hacia vos, con estas manos que no tiemblan, que saben con perfección hacia donde va la mierda.
Me mirás con desesperación pero tus ojos chorrean, chorrean de ganas de sentirte cogida y humillada como nunca.
Estás atada. Atada a la realidad más profunda y cruel. Dos almas retorcidas.
Pendeja reventada, acá me tenés.
Te grito puta, como te gusta, te muerdo, como te gusta, te fajo, como te gusta.
Te escupo, te corto, te clavo!
Más. Quiero joderte más. Como nadie te jodió antes.
Voy a escupirte toda mi ira. Voy a cagarme y mearme en tu curación.
Y después dispararte con las balas de la indiferencia.
Que manera mas jodida de hacerte entender, que vas a ser siempre una puta sádica de mierda.
Te até.
Te até a la realidad más profunda.
Y cruel.
Necesito que me destruyas vos también...