" Tena miedo a ser gorda. "
Publicado en Oct 29, 2012
Era normal que cualquiera a su edad quisera verse bien. No le era fácil verse al espejo sin contar esos defectos diminutos que el ojo humano no puede ni persivir. Pero sin embargo, a ella le encantaba que le dijeran "Flaca". Una mañana, como cualquiera, con el mismo brillo del sol, el mismo viento arrastrando el polvo de la carretera y los mismos arboles siendo batidos; algo en ella se veía diferente. Entonces los comentarios de la gente la agobiaban, y la asfixiaban. El espejo ya no era libre, ahora era esclabo a su reflejo; cada mañana, y cada tarde, ¡Y cada noche también!. Su siluela se enmarcaba en la superficie brillante, y su sombra en los suburbios se ocultaba detras de cualquier muro, no quería ser vista. No era mucha la diferencia, 2 kilos quizas, o mucho menos... Pero la gente comenzó a llamarle "gordita". _ ¿ Quien se fija en alguien obeso?, no lo comprendo, no se como pasó. ¿Por qué, Dios? ¿ A caso hice algo muy malo como para agrandar mi cuerpo de esta manera? _ y se acercaba a la cinta para medir cuan grande estaba su cintura. _ Un número mas, esto es alarmante_ Y la gente, que es tan amable, comentaba en sus narices que estaba engordando. _ Tienes algo diferente, ¡mira tus mejillas, que grandotas!, pero por Dios, ¿Ese pantalon te queda muy ajustado? ¿Cómo es que te lo puedes subir?. y dejó de comer... Pero ella no veía ninguna diferencia, era como si el no comer le engordara igual. Y se miraba todo el tiempo al espejo, desnuda, y se echaba a llorar terriblemente asustada. Tenía miedo a ser gorda, eso le asfixiaba también. Pero los demas, si lo veían. Si veían que su piel parecia una fina tela de seda puesta sobre sus huesos, transparente, y le obligarón a comer hasta la ultima miga en su plato. Era una pesadilla, no había otra solución que devolver la comida. Y eso hizo, por un mes, hasta que su delgadez se convirtió en algo preocupante. Y ahora era alguien débil... le decía a la gente que simplemente la comida no le engordaba, que su contextura ya era así, delgada; y muchos sintieron envidia. Pero caminar le cansaba, y la agotaba hasta decaer y no hacer nada mas que estar acostada. Su estomago se reducia, hasta tal punto que solo aceptaba agua. Cualquier alimento la maltrataba. Simplemente, ya no pudo comer. Fueron muchas las posibles soluciones... Pero nada le hacía comer. Se estaba deshaciendo, como un papel echado al río. Nunca mas pudo, y lo mantuvo en silencio... Hasta hoy. Ya no come, solo bebe, y algún día, algún día su cuerpo le cobrara una a una las que le hizo.
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Angel