Tu maldita imaginacin!
Publicado en Nov 08, 2012
Sábado 12 de noviembre del 2011
Para ti: Hoy pasó algo que jamás había ocurrido. Pude escuchar su voz. Pude escucharla decir: -"Que dia tan pesado"-. No supe a qué se refería. Siempre tan delicada. Siempre tan detestable. La forma en la que se toma "aquello" a lo que le llaman, "sentimientos", es tan absurda. Ella se lleva el primer lugar de mis frustraciones. No la observaría todos los días de no ser por la intensidad de su mirada. Una persona como ella, concentra a menudo su vista en todos los detalles que encuentra. Es tan absurda su fijación por ellos. La forma en la que se obsesiona. Me parece de pesadilla, no puedo dejar de verla. Me he dedicado a observarla desde que la conocí. Desde el primer día de mi existencia. Aún recuerdo claramente como fue. Y desde entonces, para mí siempre ha sido un ser tan impredecible. No logro comprenderla, me frustra no saber la razón de muchas de sus acciones. ¿Porqué actúa así?, ¿Por qué es así? No sé si algún día crucemos una palabra. La veo en su trabajo todos días, ni siquiera se da cuenta. Es tan distraída, tan detestable. Es detestable que no note a los demás. Siempre en su pequeño mundo. A veces es tan ruin observarla, me causa tanta lástima ver a quienes nunca ponen atención. Como puede alguien así de fácil déje pasar su vida. Su vida. Una vida! Desde su isla, mientras la observo, pienso en qué estará pensando... A veces tan sonriente, que da miedo, a veces se encuentra tan vacía, que no sé si ayudarla o mejor dejar de existir; otras veces se ve tan seria que parece estar planeando algo ingenioso. Como me divierte verla. Pocas veces la he visto quieta, sentada pensando con la mirada perdida. Es cuando me recuerda a alguien. ¿Por qué me recuerda aquella persona? Aún no sé por qué, su mirada distraída y sus carcajadas altisonantes me dan ganas de vomitar. Tiene ciertas expresiones que no encuentro en nadie más. Cuando abre su boca, de manera tan atenta como la de un niño, en verdad me desespera. Cuando escribe con tanta velocidad, en su ordenador de Laptop, como si anotara cualquier cosa que no necesita pensarlo, ¡Como me desespera! Aún la observo esperando me parezca cada vez menos interesante, pero siempre me termina sorprendiendo. La observo leer sus libros favoritos, ésas imagen, ésos títulos, ¡Como me desespera! No me atrevo a llegar a conocerla. Me quedo con los momentos en los que intercambiamos miradas de un segundo, cuando me ve como si se le hubiera atravesado un monstruo desagradable, y luego se le olvida y me regala una efímera sonrisa. Tan falsa como los libros que lee, tan vacía como su mirada. Por alguna razón no hemos tenido oportunidad de conocernos. Nuestra relación ya existe. Nuestra relación así es perfecta. Es imposible cambiarla. En su mundo tan pequeño, tan divergente; aquel en el que puede ver y tocar todo cuanto ella observa, yo no puedo tener un espacio. Además, tal vez al verme, reaccione de una manera que me haga vomitar. No conocernos parece ser lo mejor, observarte es tan divertido que no me duele ser parte de tu pensamiento. Porque, aunque soy consciente de ser parte de tu ser, sé que no soy tú. Existo sólo para eso. Sólo para ser parte de tu pensamiento. Sería más difícil si tuviera que cruzar una palabra contigo, me desesperaría. Me aburriría de ti. Te enojarías tanto por mi desprecio hacia ti que yo dejaría de existir. Sin tu imaginación yo no existo. Debo agradecer que aunque tu ser sea tan absurdo, es el ser que me da vida, siempre me has tenido ahí, cerca, aunque no te acuerdes de mí, sé que siempre estarás imaginando que no existe lo que no te imaginas, y sé que tampoco dejarás de escribir lo que imaginas. Y por eso, desgracias, Zuzu Oromangel. Atentamente, ¡Tu maldita imaginación!
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