El rey del reggaeton
Publicado en Nov 10, 2012
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Este viaje por fortuna lo pude hacer con mi gochita. En ese amanecer, después de hacer un recorrido por todos los acontecimientos que habíamos vivido hasta el momento, inventamos de nuevo la luz y el color. Era un tono naranja entre gris y plomo, que se diluía por instantes en los bordes, en un azul indefinido pero que se antojaba extrañamente melancólico. Inventamos de nuevo los sonidos, en este caso era el rumor del mar, que se antojaba cercano y nos dejamos envolver por él. Inventamos de nuevo las caricias, que como toque suave de la brisa, recorría toda la geografía de aquel hermoso cuerpo y por la ventana abierta como una vez lo describió Roberto Carlos, la fragancia envolvente de los jazmines en flor a las cinco de la tarde, de aquella tarde, lo lleno todo de un aroma entre dulce y romántico.
Esta vez, el sueño nos había invadido, una vez que nos pusimos en movimiento. El transporte colectivo se dirigió raudo a su destino y por los altavoces se esparcía un ritmo que se identificaba fácilmente caribeño: Don Omar le daba duro a algo llamado reggaeton mientras decía cualquier disparate, sin embargo, extrañamente los versos rimaban y muchos de los allí presentes seguíamos los acordes con el talón dándole al piso, dando golpes con cualquier objeto e incluso, moviendo la cabeza al son de los variados instrumentos de percusión. Tenía entendido que tan pronto salió al mercado, se recaudaron ochocientos mil dólares y muy pronto, como siempre sucedía, las copias alcanzarían en ventas los tres millones. Sin asomo de timidez, aquel negro adornado con varios kilos de cadenas de oro encima, se había autoproclamado rey de esa nueva corriente melódica. El haría lo posible por mantenerse en la cumbre, por lo menos hasta el dos mil veintiuno, si lo dejaban. Sonrió para si y bajo la cabeza un milímetro; dio gracias a Ala por haberlo dotado con tanta inteligencia. Estada completamente seguro que podía preparar desde un cruzado de mero, hasta terminar el teorema que Einstein había dejado inconcluso. Le leyó a un grupo de áulicos que le escuchaban sus últimas composiciones, mientras estos aplaudían a rabiar sin tener la menor idea de lo que estaba diciendo. Había hecho aquello el solo y el día de mañana, con absoluta certeza y ante el desconcierto de los medios, estaba seguro que se convertiría en el próximo éxito de su casa disquera…

Caracas, insolar, Agosto de 2007.
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Foto del autor Javier Herrera
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Descripción

Musica de cámara...

Palabras Clave: Reyes del género

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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