Haba un camino
Publicado en Nov 10, 2012
Esta mañana sucedió una de las cosas que muchas veces lo ponen a pesar a uno en que fácilmente se puede llegar a formar parte de las estadísticas: Temprano mientras viajaba en el transporte público hacia la avenida Sucre a fin de encontrarme con mi colega y amigo que me daba la cola hacia La Guaira, hundido en mis propios pensamientos y pensando en la dueña de mis sueños, surgió de repente en mis narices la situación, es decir como dice un periodista actualmente arrodillado ante gobierno, “los acontecimientos en pleno desarrollo...”
Vi una mujer joven de agradable facciones incluso, busto desafiante, pantalón ceñido, ombligo al aire, que recorría el pasillo de la unidad de transporte colectivo en sentido contrario a la salida. Me encontraba como casi siempre, pensando en la dueña de mis días y la distracción era tal, que en un principio pensé que se trataba de una colecta de "colaboración" para algún pariente enfermo o una institución sin ayuda del estado o quizás hermanos recuperados del flagelo de las drogas por la palabra de Dios, pero ante mi despiste la mujer me gritó en plena cara, que eso se trataba de un atraco y en la puerta de salida pude ver entonces al secuaz, de cuya oreja colgaba un largo pendiente, esgrimiendo una enorme pistola y gritando que me quedara quieto. Despojaron a los presentes, quizás una docena de personas, del efectivo que cargábamos, la hermosa joven era la colectora y cómplice del maleante y antes de que se complicara más la situación, a regañadientes, los allí presentes entregamos lo poco que poseíamos de valor. Continuamos cada uno resignados a nuestro destino y una señora mayor con una fe colosal en lo imposible, una fe más grande que la tierra misma, murmuro entre dientes “ojalá dejaran al señor presidente unos cuarenta años más, para que se acaben por fin los niños de la calle, los indigentes, la inseguridad, la falta de viviendas y los pobres: porque él si compone esto carajo! En aquel momento, no tenía ni la más remota idea que diez años después nos daríamos cuenta que nada había cambiado y que quizás de verdad había un camino…. Caracas, Diciembre de 2002.
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