Un día estás sentado en el  acantilado… Y respiras profundo…
Como si fuera la última vez que el oxígeno entrara en tus pulmones…
Y piensas en todo lo que tienes…
E inevitablemente en todo lo que te falta…
Tienes tantos tesoros ocultos y expuestos…
Tu inteligencia, tu astucia, tu  sapiencia…
Tu voluntad, tu cuerpo, tu equipaje, tus miedos, tus pasiones….
Todo te fue dado, junto a la libertad, la decisión, el ímpetu, las ganas, el sosiego, la inercia…
Te falta el amor?
El amor de tu vida?
El que te hace temblar los tuétanos?
El amor que te moviliza, el que te hace llorar…el que ríe, contigo y junto a ti…
Calma…
Hasta la eternidad termina alguna vez….
Acaba en el exacto lugar donde comienzan tus ansías de búsqueda…
Te falta el amor?
Si otros lo han encontrado…por que no ibas a hacerlo tú?
Si otros…hasta lo han abandonado!
Cómo pudieron? Dime como tuvieron el coraje de abandonarlo?
O fue el miedo?
El miedo de amarte…infinitamente…
El miedo de encontrar la luz de luna enamorada…
El miedo de la mirada de pupilas ciegas y errantes…
El miedo del abrazo frío…
Es eso? Verdad?
El miedo a perderte…el que hace que no te busque…
El miedo a encontrarte el que hace que te esquive…
Es eso? Verdad?
Te falta el amor?
El amor de tu vida?
Calma…
Los eclipses tampoco son eternos…
El sol seguirá brillando… tostando tu piel…
La luna me seguirá mirando…
Y yo…volveré al acantilado…
Y miraré las estrellas…
Las  mismas estrellas  que mirás tú…
Quién sabe en qué lugar del mundo…
En simultáneo…  pero lejos y separados…
Esperando el encuentro final…
Del principio de la historia…
Te falta el amor?
El amor de tu vida?
Espera en el acantilado…
Ya vendrán a ti… los cielos, las tormentas, los aguaceros…
Si lo buscas…
Es que lo tienes….
Te falta el amor?
El amor de tu vida?
Calma…
Un día…alguien te escribe un mensaje en persa…
O en no sé qué idioma….
Y lo descifras…y el mensaje se vuelve esperanza de cercanía..
El amor viene a ti…
Sin miedo…
Sin esperas…
En libertad…
Ese amor…
El que te hacía tanta falta…
El amor de tu vida…
El que te hacía temblar los tuétanos…
Ese mismo amor…
Que esperé por años…en el acantilado…
águeda dabor – de la serie “cartas sin enviar”