La noche retrocede en espejismos
la luz la hace migrar hacia otros vahos.
Los murales ya son puntos de entera claridad.
Los roedores astrales se retiran por manadas.
Un pájaro se desvanece en una duda.
Los lingotes de oro al pie del arcoiris son hurtados.
Un ángel que calafateaba una higuera
huye hacia la Caverna de los Siglos:
Quizá sube al cielo en busca de refugio.
Un sol higiénico tiñe los más descoloridos rincones.
Las manos de la luz descienden en los cuadros,
tocándolos y deleitándose en su tacto.
Algunos canarios lanzan sus solos de flautista
y se aprestan a desayunar rodajas de sandía.
Entre mis ojos y mis pies paralelos
van reapareciéndo mausoléos y sicoporos.
Mi frente está cargada de una extraña gravedad
que no asimilan todavía mis poros.
Hay algo de mantecado y chocolate en mi camisa.
Las caries me molestan como mariposas quemadas.
Quisiera arrancarme los dientes con unos alicates.
Siento el yugo del sol en mis párpados
pero no los autorizo a levantarse.
Anoche dormí poco: Vengo de una fiesta.
Tengo encima el sopor y la modorra de las castañas.
Si acaso dormí una hora bajo los plenilunios.
Mi cuerpo se siente altamente saboteado.
Soy todo ramajes y soy nudos.
Soy sólo una comilla en esta ciudad rígida.
Donde los sueños guindan en las platabandas
y el calor del infierno es aquí más infernal.
Me siento conquistado como por un ave Quebrantahuesos.
Quisiera quedarme en la cama y olvidar el día.
Pero no puedo, tengo entrevistas y asambleas
y hay padres de familia que dependen de mí.
Me paro y sigo la difícil senda serpenteante
que es para mí la rutina cotidiana.
Todo el día la pasaré con sueño
pensando en las mezquinas alegrías que me da la cama.
Quisiera existir solo en una hamaca y una ísla
y que el viento me llevara hacia la infancia.
Hoy pasaré cinco veces por la cafetería
y pediré algunos cafés brasileros con canela.
Soy un insomne más que alista su traje
para trabajar sin haber descansado lo mínimo.
Ahora muchos duermen con barbitúricos.
Abajo está el follaje sólido de los edificios
y debo perderme en esa selva de carencias.