El fin de la memoria
Publicado en Nov 16, 2012
Por aquellos días el mundo ya era otro, uno muy distinto al que usted o yo recordamos de nuestra niñez, uno muy práctico simple y funcional. No le puedo decir qué año era aquel porque después de la hibridación como que a nadie le importó más el tiempo, además dejó de ser necesaria su cuantificación gracias al sistema de reemplazo de memoria por medio de celdas orgánicas. La vida era buena para la mayoría, pero como siempre hubo algunos que no pudieron adaptarse y optaron por acogerse al plan out of united spaces eso en palabras simples significaba vivir en una colonia marginal en una franja inhóspita de la parte más oscura del universo. Casi todos sus pobladores eran gente que no pudo asimilar la hibridación y en general que no toleró el reordenamiento, las opiniones eran muy encontradas, unos lo veían necesario y otros simplemente lo percibieron como el peor castigo para la humanidad. La efervescencia de las ideas estaba en el cénit. Hubo suicidios masivos, aquí tengo una copia de una de las muchas cartas póstumas que se recibieron por miles en las redacciones de los noticieros: “Siempre supe que los muros de la tierra no eran los únicos habitados, pero nunca imaginé que tendría que hacerme a la idea de una nueva especie producto de la hibridación humana con los visitantes, soy gente de fe y pienso que algo bueno debe salir, pero también estoy muy hecho a la antigua y no concibo más un mundo de hermanos amorfos y de colores, tengo demasiado amor por el universo para convertirme en un fanático extremista, pero al mismo tiempo amo demasiado mi propia especie como para querer perder esa esencia en aras de la adaptación” Como puede ver no fue un proceso fácil, pero al menos yo pude escoger mi compañera de hibridación, de las tres especies que llegaron yo prefería los que tenían apariencia de felinos, todos son altísimos miden en promedio de dos a dos metros veinte, pero a mí siempre me gustaron los gatos, antes los tuve como mascotas, ahora son mis hijos; Jaco es el mayor y el está en su primer ciclo de vida, igual que sus hermanos Géiser y Arístides que serían gemelos idénticos si fueran del mismo color. De su madre no me gusta hablar mucho porque apenas estoy entendiéndola, ella es completamente felina como aquellos personajes de una caricatura lejana, parece una humana con disfraz de tigre. Pero ahora hábleme un poco de usted ¿cómo es que se fue por tanto tiempo, como pudo perderse la llegada de los visitantes y la hibridación si en todo el mundo no se hablaba más que de eso? Por primera vez el hombre de bata blanca entrelazaba nervioso las manos, la pregunta que su interlocutor le acababa de lanzar era hasta cierto punto escalofriante, sin duda debía parecerle ridículo que cualquier ser humano aún en el sitio más recóndito de este planeta hubiera podido perderse el encuentro con seres de otros mundos, nada más lejos de la verdad, él había sido incluso pieza clave en el proceso de rediseño genético y más aún el reemplazo de memoria por medio de celdas había sido su idea, pero por el momento no iba a revelarle esos detalles a su conversante, quizá en otro momento se lo diría, pero ahora no, ahora le contaría una de esas historias fabricadas que tan bien le salían cuando quería parecer ante los ojos de todos un simple títere del destino. —Pues verá es difícil de creer –suspiró el hombre de bata blanca- como usted sabe yo soy científico y casualmente antes de la llegada de los visitantes me enlisté en un proyecto que requirió viviera en una estación marina a 4000 metros de profundidad por más de diez años. —Pero ¿es eso posible? Preguntó asombrado el hombre que estaba lleno de conexiones y un resplandor azul que lo ligaba a una máquina- —Todo es posible amigo mío, después de haber vivido lo que ha vivido debería darme la razón. —Es verdad, pero como le digo la incredulidad es uno de los rasgos más fuertes que conservamos de nuestra humanidad. —Bueno pues en todo ese tiempo, continuó diciendo el hombre de bata blanca, ninguno de los que estábamos ahí reclutados supimos nada de lo que estaba pasando en la superficie. —¿Y de qué trataba su investigación? Interrumpió el de resplandor azul. —Teorías locas, a estas alturas ya no tienen importancia, como verá muchas de nuestras teorías pre-hibridación han sido descartadas. Una vez más el hombre de bata blanca había fabricado una mentira brillante, esa era su especialidad, digamos que el secreto mejor guardado del universo, porque habían pasado bastantes años desde que él fuera el primero en recibir el mensaje de la llegada de los visitantes y ya desde entonces trabajaba en el programa de rediseño genético. –Fue lo mejor -se dijo en silencio- la humanidad así como iba ya no tenía remedio alguno. En esa disertación le vino a la mente su esposa Galia, sus hijos Déxiles, Metl y Ranoi todos habían sido reemplazados en su vida con el programa de rediseño mientras que su verdadera familia luchaba por hacer florecer una nueva humanidad en la franja de out of united spaces. Estoy seguro que algún día lo lograran, ellos tienen mi sangre y la inspiración para hacerlo, todavía son mis hijos y estoy orgulloso de haberles salvado la vida- concluyó en sus pensamientos, mientras el hombre frente a él se convulsionaba frenéticamente. En menos de cinco minutos un equipo de especialistas, casi todos híbridos, rodeaba la placa de acero donde yacía el hombre de resplandor azul; el de cabeza de delfín y cuerpo de nadador olímpico le tomaba los signos vitales mientras el de pelo rojo y colmillos de sable tomaba la lectura de sus ondas cerebrales en un monitor. —Otra vez fallaron las placas, siguen siendo tan inestables como la franja de out of united spaces, dijo el de cabeza de delfín, mientras colmillos de sable reía copiosamente. El hombre de bata blanca los observaba de lejos, mientras se retiraba al baño, ya a solas tomó una toalla y se la envolvió en la cabeza tapando sobre todo la corona donde se produce el crecimiento del cabello, ese truco simple evitaba que los híbridos y los visitantes pudieran leerle la mente. jamás entenderé su sentido del humor es tan extraño, pensó aliviado al saber que nadie monitoreaba sus ideas, en cuanto se vayan- siguió pensando- voy a desconectar al sujeto, les dije desde el principio que ese proyecto iba a fracasar pues un hombre que no puede ya ni siquiera reconocerse a sí mismo aun teniéndose enfrente ofrece posibilidades escasas como tema científico, mañana mandaré por Jaco, Géiser y Arístides y luego le comunicaré a su madre que tendrán que volver a la etapa gestacional mientras rediseñamos el sujeto de estudio.
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