Cuentos.
Publicado en Nov 17, 2012
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¿Me lees? ¿Me miras con tus ojos pequeños? Te estoy mirando, en el borde del agua que se junta entre los baldes.
Tus pies andan por el sereno, el verano es suave, tú piel se vuelve morena de sol, yo no quiero verte más con los ojos cerrados, te respiro así los ojos bien abiertos a la maravilla del rocío.
¿Me elevas en el borde de tus besos pálidos? Te estoy susurrando cuentos, en el zumbido de la noche, lumínico compás de grillos.
¿Me navegas? ¿Me acaricias? Te estoy  atrapando las alas minúsculas de tú espalda, en el vaivén de tu vestido, en el impuso de tú dedo gordo que balancea el cuerpo.
Escucho tu risa, escucho que caes como la lluvia en la siesta veraniega.
Los ojos enormes que me sirven para reflejarte, tú cuerpo ahí exacto sin decirme nada, tú cuerpo que acaricia la superficie de las cosas, cada tanto nos miramos
¿Me llamas? Creo que escucho tu voz, cantas mientras amasas el pan, cantas mientras andas por la casa.
Al sol resplandeces, veo el brillo de tú pelo, la piel que dejas acariciar por el sol.
¿Me lees? Ay la tristeza de los que no tenemos palabras, de los que lloramos, de los que nos quedamos con los ojos abiertos hasta que se nos llenan de migajas de la luna.
Estoy acá esperando que tú cuerpo se acerque al mío, que tu mano se deslice por mi lomo, que mi sonido no te asuste.
Ay de los dolores que me arden en las pezuñas, del presagio de la lanza que me desgarrará.
Tus ojos, el aroma brutal de tú cuerpo desnudo, tan cercano, tan preciso.
Tú mirada en la mía y hablas de él, de aquel minotauro,  de la bendición de Pasifae enamorada del toro, hablas y me rozas  con los ojos, te asusta mi cuerpo, el filo fatal de mis cuernos.
Yo debajo de este cuerpo, de la tensión de mis cuatro patas, aturdido por la música, yo enloquecido por el aroma de la arena y la memoria de tus ojos, de tú pelo.
Ahora viene Él, su cuerpo  en tensión, estamos  frente a frente, me mira a los ojos.
No sabe que yo envidio sus manos, no sabe que yo ansío que él me desgarre, no sabe, no sabe…
Yo no sé, tú cuerpo preciso al refugio del sol, la sangre caliente sobre mi testuz, tú cuerpo  preciso que se pone de pie… Yo no sé ¿Me lees? Debajo de esta piel se me abren los huesos, él  me sobrevuela.
Y después  me quede buscándote ¿Me ves? Estoy asustado, rogando que Pasifae me espere a la vuelta de este ardor.
Y la noche, el día, la noche, el día todo igual todo triste,  triste todo.
Ahora  después de después , esta piel que huele como aquella, manos que pueden besar , el vaivén del vestido  y una nostalgia de animal tan lejana, tan ajena como el presagio de una cornada.
¿Me lees? Escribo para vos un cuento de reencarnaciones, un augurio de tú piel, un desahogo de mí cuerpo que te mira a palabras.
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Foto del autor claudia
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Descripción

Palabras Clave: miras minotauro pasifae toro cuentos descalza leer

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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