DNDE PONGO EL MARCA-PAGINAS?
Publicado en Nov 17, 2012
¿DÓNDE PONGO EL MARCAPAGINAS?
Volvió a colocar la delicada pluma azul verdosa que le servía de marca páginas en el libro. Se la había regalado aquél que un día fue su sol y la guardaba como un precioso tesoro entre los versos. Cerró el libro. Al hacerlo vio como la pluma desaparecía hundiéndose un poco. “Vaya “pensó”, lo he hecho con demasiada fuerza lo he roto”. Lo abrió y saco el cañón de la pluma que se había clavado en la página. Al hacerlo comprobó cómo se borraba el diminuto agujerito que se había taladrado...Deslizó su dedo índice amorosamente sobre el pequeño cráter .Al hacerlo su dedo se hundió en la página. Lo sacó asustada. No quedaba huella en el libro, ni en su dedo de aquello. Lo volvía a intentar metiendo esta vez toda la mano…después todo el brazo, hasta que toco lo que parecía grama mojada de rocío. Se lo pensó. ¿Se atrevería meterse entera? ¿Podría? ¿Con las manos primero como si se tirara una piscina? ¿De pies?...No, ya sabía cómo. Dejo el libro abierto sobre la cama, se arrodilló en postura de plegaria mahometana. Metió la cabeza, por el occipucio, después fue descendiendo poco a poco por aquel corto y oscuro canal de parto indoloro hasta que llegó al otro lado. Levanto la cara, giró la cabeza, saco un hombro, luego el otro y se incorporó. Miró a su alrededor. Estaba en un inmenso prado verde salpicado de dientes de león, en una radiante luz de primavera .Corría una brisa suave .A lo lejos se vislumbrara una colina con tres cipreses y un sauce llorón. Le recordó la idílica imagen del valle de los Teletetubis. Oyó voces, a su izquierda un grupo de niños de entre tres y cinco años, vestidos como si los hubieran sacado de una revista de moda Ad Lib, o de Ibiza, jugaban con unas grandes letras de colores vivos en goma espuma. Las lanzaban al aire y cuando caían intentaban ordenarla tocándolas lo menos posible para formar una palabra, una frase. Cuando lo conseguían aplaudían y volvían a empezar. Estaban custodiados por unas jóvenes espigadas vestidas con túnicas azul añil que no intervenían en el juego más que cuando se lo pedían los chavales o para dar su aprobación a la palabra formada. A su izquierda otro grupo de niños algo más mayores jugaban con balones de playa .Estos llevaban números escritos en los gajos en los que estaban divididos. Otros llevaba signos de reglas matemáticas .Los cruzaban el aire y hacían las cuentas aritméticas que se marcaban al caer al suelo. También estaba vigiladados por unos jóvenes mayores que llevaban túnicas verdes y que solo intervenían cuando la operación era demasiado complicada, cuando aprecia un número difícil, una raíz cuadrada… Echó a andar por el camino que subía a la colina. Con forme se acercaba al sauce pudo comprobar que ahí un grupo de adolescentes sentado en corro frente a un anciano de barba poblada y blanca. Estaba leyendo apoyado en tronco del arbol. Lo curios es que estaba leyendo en griego y ella lo entendía…De cuando en cuando en una especie de pantalla virtual aprecian imágenes que acompañaban al texto… Prosigo su camino, entonces a media altura entre el prado y la cima vio como una mujer caminaba hacia ella. Era espigada pero no demasiado alta .Venia envuelta en un vestido de muselina celeste que flotaba a su alrededor. El ropaje estaba ribeteada desde el cuello, bajando por una abertura delantera y siguiendo por el borde inferior de la larga prenda, de una gasa de volantes tan vaporosa que recordaba espuma de mar. Se acercaron, se sonrieron. “-Hola bienvenida a la tierra de la sabiduría ¿Te quieres quedar? Hola, gracia, ¿Quedarme cuanto tiempo y para qué? _Para enseñar, para aprender… -Aprender sí, pero enseñar…contestó en un tono dubitativo -Piénsatelo ¿Biología, francés tal vez? ¡Ven! Le dijo invitándola con la mano a acompañarla _Espera ¿Quien eres? _ ¿No me has reconocido? -No pero me resultas muy familiar. -A ver ¿Qué estabas leyendo antes de entrar? Recordó .Y al unisonó comenzaron a recitar: “¿Qué diría la gente, recortada y vacía, Si en un día de ultra fantasía, Me tiñera el cabello de plata y violeta, Usara el peplo griego, cambiara la peineta Por cintillo de flores: miosotis jazmines, Cantara por las calles al compás de violines, O dijera mis versos recorriendo las plazas, Libertado mi gusto de vulgares mordazas ?...
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mari carmen martinez sanchez
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