Zapatos
Publicado en Aug 05, 2009
Por un instante tenso
busco entre mis zapatos, tus zapatos. Solamente encuentro los míos. Veo las marcas, el tamaño, la inscripción de la fábrica y el betún. Recuerdo la tiendita donde los adquirímos y los fríos modales de su propietario. Recuerdo que ese día me mandaste a callar, a callar, a callar, a callar como siempre porque te molestaba que reclamara mis derechos. Me decías: " Escucha, escucha, escucha el viento " El viento pasaba por los hangares como un paréntesis. Pero yo buscaba algo mejor que llevar por ese precio entre pirámides cítricas de calzado y bisutería. Tú, con tu soltura líquida saliste a la calle a husmear. Te perdiste entre metales y cristalería. Querías emular a los avariciosos sabelotodo: Te hiciste agua y te desparramaste en el cemento. Buscaste las muescas de la luna en el piso. Tu lencería quedó sobre una esquina rodeada de vapores y encajes. El sol, atónito, quería absorberte probablemente para hacerte tuya: Sol bígamo, la luna es tu consorte. Pero apareciste sentada en una piedra haciendo señas y haciendo malabares. Yo salí del local justo con lo que quería. No me mirabas porque tus párpados estaban cerrados. Dijiste siete palabras en jerga de yerbatera y desapareciste. Volviste otra vez anoche para vaciar lo que tenías en la buhardilla. Para llevarte las zapatillas de Cenicienta. Traviesa hechura de Dios: ¿ Cúal es tu juego ? Dime si sólo estás jugando conmigo o si me dejaste. Dime si volverás algún día y volveremos a mirarnos tiernamente a los ojos.
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