El rbol de La vida
Publicado en Nov 17, 2012
Muchos se preguntan, si tiene algún sentido el mundo en el que habitan, si la inmensa magnitud de seres vivos, y la infinita variedad de especies y planetas, tienen la mínima relación con sus pensamientos y deseos. Es evidente que la complejidad y el diseño habitan en cada uno de nosotros, desde la concepción de un bebe, hasta la energía dinámica en el universo, por tal razón seria irónico pensar que el desorden y la casualidad pudieran ser los personajes principales de este milagroso desarrollo; pero entonces ¿cual es la respuesta a tan importante incógnita? Si bien, el principio nos cuenta, la existencia de un poderoso creador, un ser sabio e inteligente que cuidadosamente a plantado una semilla en la tierra, una semilla que simbólicamente el tiempo ha desarrollado como un árbol de vida, ha ido creciendo al transcurrir el tiempo, y por lo tanto cuando fijamos un vistazo, es sus ramas la vida se ha ido dividiendo finamente, como si por sus venas y tallo, corriera la historia del mundo material, y sus hojas fueran la manifestación de diversas formas de vida, incluyendo a nosotros los humanos. El único impedimento que pudiéramos cuestionar, llegaría a ser la inutilidad frente a la muerte, que de manera misteriosa corta el sello de la existencia, nos hace inservibles e indiscretamente ausentes en el mundo material, como si en cada generación, el árbol sufriera un cambio en su primavera de vida, a un invierno de constante expiración. Y si es así, ¿Qué sentido tendrían nuestros sentimientos, nuestros deseos, y una innata necesidad espiritual? Somos pequeños y de cierta manera insignificantes; en medio del universo, indefensos y vulnerables, a la espera de respuestas inquietantes, y pese a ello, corremos y jugamos felices, amamos con la vitalidad de nuestro ser, lloramos, sonreímos, soñamos y preguntamos, quizás ese es el sentido de la vida, mientras el humano a llegado al planeta para existir y cuestionar, pensar y meditar, la naturaleza y supervivencia, nos han venido ha acompañar. Pudiera parecer que el creador nos ignora, y simplemente nos deja a la deriva, sin embargo, puedo afirmar con seguridad y osadía que su presencia omnipotente nos observa desde su universo, aunque el mar de gente se indigne y corra a negarlo. Si fuese verdad, tan absurda afirmación de insensibilidad divina, seria en vano la virtud de la existencia, no somos desperdicio de pruebas experimentales, ni tampoco hijos que han llegado a ser huérfanos en medio de la nada, somos un milagro, una energía que magníficamente se desarrolla constantemente, una creación que aunque muere, es imperfecta y se marchita, no con tono de conformismo, llega a ser hermosa y valiosa, sus pensamientos y conjunto respirar, la hacen una joya una obra maestra para cualquier espectador, sensible y armoniosa, que puede no llegar a entender el motivo del sufrimiento, ni tampoco el del dolor, pero siempre tejera un respiro de existencia eterna en aquel árbol de la vida, que amorosamente y por voluntad, a llegado a ser creado.
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Alexis Uqbar
Me agradó el ensayo, armonioso, profundo, inteligente. "El árbol de la vida" es, quizá, el mejor film del 2011.
Saludos.