Hace mucho tiempo en un país llamado Magnus existió un científico extraordinario llamado Racine, desde pequeño fue muy inteligente y bondadoso, era tan brillante que a los 15 años ya había terminado dos carreras, la primera de Biología y la segunda de Ciencia y Tecnología, él fue el primero en inventar un carro que podía volar por los aires  y que funcionaba absorbiendo el bióxido de carbono  de  la atmosfera, también fue el primero en manipular ciertas partes del ADN para  hacer cambiar al ser humano.
Racine era todo un genio, todo era perfecto hasta que una noche  de tormenta y fuerte viento, él se encontraba en su laboratorio trabajando, buscando  nuevas formulas  que le pudieran  ayudar a manipular el ADN y así poder crear al superhombre, aquel ser que tuviera la fuerza de un toro, la velocidad de un venado, la inteligencia  y todas las bellas cualidades que tiene el ser humano.
Pero esa noche tempestuosa algo inesperado pasaría, ya que otro gran científico llamado Orphos lo envidiaba y deseaba verlo destruido, ya que debido a él Orphos no había podido mostrar al mundo su gran talento, pues siempre sus proyectos eran minimizados por los de Racine.
Orphos ya no pudo más y decidió eliminar a Racine el cual trabajaba incansablemente para encontrar aquella sustancia que lo llevaría a crear al hombre perfecto, la tormenta caía sobre la ciudad y el viento soplaba fuertemente, Racine se sentía inspirado, imaginaba que esa noche lograría crear lo que por tanto tiempo había estado buscando, jamás imagino que el malévolo Orphos tenía preparado para él algo diferente.
Racine seguía haciendo cálculos, mezclando sustancias sobre el escritorio, mientras el malvado Orphos observaba por la ventana, buscando la forma de poder entrar al laboratorio, hasta que por fin supo cómo, entonces entró sigilosamente, tomó a Racine por la espalda  y lo arrastró hasta una silla, ahí lo amarró, Racine grito e intento zafarse pero no pudo, Orphos lo veía y reía diabólicamente, sabía que la fórmula para crear al superhombre aún no estaba terminada,  se dirigió al escritorio, tomó el frasco con la sustancia y se acercó a la silla donde había amarado a Racine,  le dio de beber la formula a la fuerza, después se alejo y observo lo que sucedía, Racine se empezó a transformar en un mounstro, su cuerpo cambio, sus orejas se pusieron peludas y puntiagudas como las de un gato, de sus manos y de sus pies salieron enormes garras, sus brazos y piernas se inflaron como si tuviera la fortaleza de un toro, su rostro se deformo, y su inteligencia se perdió, Orphos quedo sorprendido e impactado por lo que estaba sucediendo, intento salir pero la puerta no se abría, grito desesperadamente pero la puerta seguía cerrada, observó nuevamente la transformación de Racine, de pronto sintió que perdía el conocimiento, decidió ocultarse pronto antes de que le sucediera algo malo.
Racine ahora era un mounstro, bramó fuertemente como lo hacen los toros y con su fuerza rompió las cuerdas que lo tenían sujeto a la silla, después salió del laboratorio a gran velocidad, la tormenta seguía cayendo y el viento soplaba cada vez más fuerte.  
Racine corrió por todos lados bramando debajo de la lluvia mientras Orphos salió del laboratorio, pero el impacto fue tal que perdió el conocimiento, se volvió loco y empezó a vagar sin rumbo fijo, la noche termino y también la tormenta,  Racine despertó desnudo bajo un puente, se observo sobre un río que corría ahí mismo y se dio cuenta que era nuevamente el mismo.