Engaadora
Publicado en Aug 06, 2009
No vengas ahora, embustera
a echarme en cara tus personalismos. No vengas con la plenitud de tu retórica a decir que lo nuestro está acabado. Los zumos torrenciales que te corren por las faldas no son los zumos míos. No tengo la actidud del marinero que finge su abandono y su falso albedrío. No vengas ebria a ensuciar la casa mientras usas tu anillo de casada. Sé que, paulatinamente, te irás de mí y de mi alma. Quiero que sepas que a los hombres no se nos humilla sin que haya consecuencia. ¡ Y yo que canté en tu honor y en tu honor libaba! Alzaste contra mí tu mano carcomida tu mano que es maraña a los que creen. Fuiste de muchedumbres y colectiva, fuíste caníbal de otros cuerpos, te vendías por hora y te saqué de la calle al altar, vencido por tu palabreo. te puse cocina propia y auditorio limpio y despreciaste mis meritos y las elevaciones que te prodigaba. Canalla, que dolor apiadarme de tí pues de mí no te apiadas. Respeta al menos casa y matrimonio mientras compro para mí una casa blanca.
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