''Gente permaneciendo inerte ante una sociedad cambiante sin demostrar cualquier otro indicio de vida que la indiferencia remota. Haciendo de nuestra voz y voto, el sonido del silencio. Dejando atrás el colorido de nuestro corazón para teñir de gris nuestras mentes y de imposible nuestros deseos. Conviertiéndonos en nada más que en una masa llana, superficial, sin garra ni valor ni ganas de imaginar. Los acordes de nuestros pasos no son otra cosa que el sonido de una guitarra sin cuerdas, de un piano sin teclas, de un cantante sin voz. ¿Hacia dónde queremos ir? Gente hablando sin decir nada. Gente escribiendo canciones de derrotismo sin rumbo fijo. Elucubraciones a la deriva, jaquecas morales sin solución. La ética del resentimiento, el negruzco cromatismo de una realidad monótona. El negruzco ano de un resacoso de domingo, tan pero tan sufrido, como aquel que defeca sin darse cuenta que no encontrará papel. La vida es a veces más áspera que una paja con las manos vendadas, que un rallador de queso en el ombligo o que una picadura de araña en la nalga derecha. Pero siempre es buena cuando se ve recompensada por la belleza casi onírica de un buen momento, de una buena risa, de un buen polvo, de un asado con los amigos o simplemente de mirar al cielo y darte cuenta que siempre se puede tener una mínima esperanza, sea ésta cual sea. Engrandece tu día a día como engrandece un dedo inflamado, confía en tu belleza interior, en tus ganas de hacer reir y dale para delante que la vida es más corta que la bondad de un político. No sé si habrá más pero de momento tenemos ésta, así que vívela y déjate de estupides.''