Microrrelato I
Publicado en Nov 20, 2012
Sentada en mi butaca tomé el libro dispuesta a leerlo. Ya en mis manos, su cubierta de oro me cortó profundamente el pulgar y mi sangre comenzó a brotar por la herida. Tuve la urgente necesidad de succionarla, sentir su salino sabor en mi garganta, pero el sol se asomaba por detrás de las montañas. Afligida no tuve más alternativa que volver a mi ataúd.
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