Mi nombre es Ibrahim Rivera. Soy un ególatra sin remedio que se ha forjado a través de los años. Conozco poco de todo y mucho de nada. Vivo molesto en una época (o tal vez una etapa) en la que los adultos, aún con toda su experiencia no entienden sobre vivir en la edad moderna (aunque cada generación lo experimenta (y lo digo por experiencia)) bajo la primicia de ¨Estos adultos de hoy, no entienden nada…¨. Me gusta refugiarme en los legados que dejaron aquellos que a mi parecer fueron grandes, ya sea músicos, escritores, pintores, directores y porque no, videojuegos y animaciones, después de todo soy joven. En algunas ocasiones trato de imitarlos (cosa que no se me da), ya sea tocando, escribiendo, dibujando o filmando para igualar o superar la calidad artística de sus trabajos. Tengo talentos… heredados tal vez, pues en mi familia abundan los artistas o existen intentos de ello, a los cuales respeto por el simple hecho de por lo menos intentarlo. Soy músico, cantante, escritor, poeta, dibujante, bastardo, alcohólico, narcisista, vividor, mujeriego, fumador, ateo, lector, buen amigo, depresivo crónico, otaku, en ocasiones farsante, presumido, joven, ¨viajero¨, etc., etc… La faceta que más eh desarrollado ha sido la de poeta y escritor, ya que de esta forma me eh ganado la admiración y respeto de las personas, la mayoría de ellas, mujeres y por ahí alguno que otro cabrón. Las razones que tengo para dedicarme a este tipo de placeres son 2. La primera es por el placer que me produce saber que yo tengo talento para hacer algo que otros no, aunque lo intenten. Y la segunda, porque mi egocentrismo me indica que al ser el mejor debo tener toda la gloria y el reconocimiento, cosa que debo lograr difundiendo mí trabajo. Mis grandes pasiones son pocas, dentro de las cuales están las artes, la amistad, ir de ¨viaje¨ y cuidar mi apariencia. Soy el gran amor de mi vida y menciono esto porque aparte de mi ego, creo que para lastimar (amar) a alguien, debes lastimarte (amarte) a ti primero. Creo firmemente en la amistad, aunque me cuesta mucho trabajo aceptar a alguien dentro de mi circulo mas cercano. Personalmente creo ser un buen amigo antes que un primo, tío o sobrino ó cualquier titulo, ya que casi siempre tengo un buen o mal (casi siempre malvado) consejo para quien lo necesite. Me gusta caminar bajo la lluvia mientras escucho algo de música. Thelonius Monk no sonaría de la misma forma con el día soleado… Mis obras escritas casi siempre están saturadas de cálida tristeza, las escribo porque quiero reflejar ese sentimiento humano que pocos se atreven a evidenciarlo. Odio profundamente la palabra ¨amor¨ ya que creo (por ser un romántico), que no basta tan burda palabra para definir el pesar que agobia al 100% de los seres humanos. Soy un romántico, de aquellos que odian al mundo porque no los entienden y que sueñan su vida lejos, de aquellos que siempre buscan algo más y son frustrados, de aquellos que tienen tendencias suicidas (mas mi ego no me permite llegar a tal solución). Tengo debilidad por 3 cosas: Las mujeres, que en repetidas ocasiones me han causado problemas y a las cuales encuentro llenas de erotismo, inspiración y consuelo (sobre todo inspiración). El alcohol, al cual debo de igual forma inspiración y consuelo y más aun, gratos momentos compartidos con amigos (competencias de fondos con Jaggermeister). Y finalmente a los espejos, que por causa de mi ego no puedo dejar admirar cuando estoy frente a ellos. Como se darán cuenta me gustan, como a todo buen hombre, cosas que me traen problemas y son peligrosas (simplemente las mujeres bastan). El arte del acto erótico es la adicción que más me fascina y que sin duda no puedo dejar. Por el gusto que le eh encontrado y porque al parecer, es una mas de mis virtudes que debo compartir (sin afán de presumir). Además ¿en cuantas ocasiones puede uno ir desnudo y sin tapujos? Solo en la muerte y en el sexo. Y con esto quiero terminar mi escrito, mientras escucho ¨Something¨ de ¨The Beatles¨ (que no puede ser mas que otra prueba de la tristeza que me acompaña) y aclarando también que no lo hago por dar a conocer algo de humildad de mi parte (la cual existe y verán si tienen suerte), más bien porque mi ego me incita demostrar que puedo hacer algo distinto. Como en su momento lo hicieron los genios llamados locos como Baudelaire (escritor maldito y poco conocido(como un servidor)), por citar a alguno, quien nos demostró la belleza de la oscuridad antes de Burton (reconocidísimo cineasta el muy maldito) , por citar a otro.
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