BARSOOM, DE EDGAR RICE BURROUGHS: PICA CIENTFICA EN EL PLANETA ROJO
Publicado en Nov 22, 2012
BARSOOM, DE EDGAR RICE BURROUGHS: ÉPICA CIENTÍFICA EN EL PLANETA ROJO
Por mucho tiempo, los seres humanos hemos querido creer que existió/existe vida en Marte. En 1970, la sonda Mariner 9 logró enviar a la Tierra unas cuantas fotografías de la superficie del Planeta Rojo: para ese entonces, la NASA había invertido mucho dinero en dichas sondas, y la llegada de esas imágenes era la posible respuesta a las expectativas de muchos investigadores -dilucidar si pudo/puede haber vida en Marte. Las placas mostraron un terreno lleno de volcanes, canales a través de los cuales podían haber corrido flujos de agua, y cráteres. Adicionalmente, la superficie mostraba en los cañones unas formas sinuosas algo extrañas, pero no se podía concluir nada a ciencia cierta debido a la resolución de las fotos enviadas por Mariner. Hoy en día, mucha gente ve la evidencia de un monumental “rostro grabado”, a pesar de que para los científicos simplemente se trata de un truco de luces y sombras. Hace cien años, el astrónomo Percival Lowell observó Marte con un telescopio por primera vez, naciendo uno de los grandes mitos científicos del siglo pasado. Casi inmediatamente (1911), Edgar Rice Burroughs, el creador de Tarzán De Los Monos, empezó a escribir sus aventuras marcianas, y aunque la ciencia de hoy afirma que no existe vida en Marte, sus narraciones aún permanecen vibrantes e intemporales. A través de estos relatos, el atractivo y poder del Mito Marciano influyó en escritores como Ray Bradbury y en científicos como Carl Sagan -ambos personajes reconocieron públicamente a la obra de Burroughs como aquello que les empujó hacia sus respectivas carreras. INSANE IN THE MEMBRANE: GRAN PODER IMAGINATIVO Edgar Rice Burroughs vino al mundo el primero de septiembre de 1875, en Chicago (Estados Unidos). Su padre, George Tyler Burroughs, fue un veterano de la Guerra Civil. Después de varias mudanzas familiares, empezó su educación formal en el colegio Harvard de su localidad. Ahí recibió una formación clásica que inspiraría su fértil imaginación. Apasionado de la disciplina castrense y los ranchos, Burroughs formó parte del Séptimo Regimiento de Caballería de la Unión Americana. Penosamente, tuvo que renunciar a la vida militar a causa de un problema al corazón. Al volver a Chicago, se dedicó a una serie de trabajos diversos y no muy bien remunerados. Contrajo nupcias con su novia de siempre, Emma Centennia Hulbert -con ella tuvo tres hijos-, divorciándose en 1939 para casarse con Florence Dearholt en 1940. Dos años más tarde, también se separaría de esta última. Burroughs se habituó a leer algunas revistas de ficción, mientras laboraba en numerosos empleos que no conducían a ninguna parte. Así, decidió que podía escribir relatos aún mejores que los que aparecían en aquellas publicaciones. En 1912, contando con 36 abriles y bajo el nom de plume de Norman Bean, publicó su primer cuento: Bajo Las Lunas De Marte. El texto agradó tanto a su editor que, en octubre de ese mismo año, publicó -esta vez con su nombre real- Tarzán De Los Monos (que aparecería en formato de libro en 1914). Entre 1912 y 1933, Burroughs escribió varias novelas de aventuras, entre las que destacan La Chica De Las Cavernas (1925, en la que un débil aristócrata se convierte en guerrero), El Jefe De Guerra (1927) y El Apache Maligno (1933, ambas sobre un apache blanco y ambientadas en el Lejano Oeste), y La Tierra Que El Tiempo Olvidó (1924, relato de corte darwinista situado en una misteriosa isla cerca al Polo Sur, donde dinosaurios y otras especies primitivas han sobrevivido al paso de los años). En 1941 se lanza Más Allá De La Estrella Más Lejana, novela que toca el espinoso tema de la brutalidad en tiempos de guerra, y que ya contiene pulidas todas las características de sus obras de ficción científica -llenas de aventura, introduciendo al lector en un viaje fantástico que recorre lejanos y extraños territorios. TAN ROJO COMO LA SANGRE Barsoom corresponde a la visión romántica de un Marte agonizante. Aunque se describen muchos inventos fabulosos y tecnología de vanguardia, es un mundo salvaje, donde el honor y el noble sacrificio se encuentran en lucha permanente; un mundo en el que el amor y la lealtad forman parte de una maravillosa aventura. En sus novelas, Burroughs con frecuencia solía inventar palabras de las lenguas habladas por los habitantes de estas civilizaciones imaginarias. La palabra “Barsoom”, nombre que los marcianos dan a su propio orbe, está compuesta por el significante marciano de planeta (“soom”) y por el de ocho (“bar”). Esto quiere decir que Marte es el octavo cuerpo celeste hacia el interior de nuestro sistema solar, aunque para comprender esta figura es necesario contar también los satélites de la Tierra y Marte. Una Princesa De Marte (1912), punto de arranque de la saga, es posiblemente la primera ficción del siglo veinte en caracterizar una lengua construida: aunque el barsoomiano no estuvo particularmente desarrollado, añadió verosimilitud a la narrativa. La visión del Marte de Burroughs fue notoriamente inspirada por la especulación astronómica de su tiempo, especialmente la de Lowell, quien vislumbró al planeta como similar a la Tierra, sólo que menos hospitalario para la vida debido a su edad tan avanzada. Todas las razas barsoomianas se asemejan en muchos aspectos al Homo Sapiens, excepto en que son ovíparas y tienen una longevidad que excede los mil años (a menos que sean asesinados de manera violenta). El mundo de Barsoom es moralmente maniqueo. Los personajes son buenos o malos, sin pizca de relatividad moral. Existe un marcado sentido del honor en las razas y/o en la afiliación política, y los personajes luchan los unos con los otros, en contra de sus adversarios, porque eso es “lo correcto”. La mayoría de los villanos en las series de Barsoom son irremisiblemente malvados, por lo general gobernantes o déspotas de grandes imperios. A diferencia de en la Tierra, en Marte cohabitan varias especies inteligentes tanto física como culturalmente diferentes. Sin embargo, existe una serie de rasgos bastante extendidos como para considerarse comunes. Todas las razas nativas de Marte, incluso los animales, poseen rudimentarios poderes psíquicos y una gran sensibilidad a los mismos. Esta embrionaria comunicación telepática explica lo sencillo del idioma marciano, que es universal, compartido por todas las razas inteligentes oriundas. Algunos grupos poseen capacidades psíquicas muy desarrolladas. La religión principal es el culto a los antepasados, especialmente a aquellos que fueron ilustres y admirables héroes de los centros urbanos -aunque también reconocen otros dioses como Issus, diosa de la muerte cuyo mítico reino se situó en el inaccesible valle polar de Dor. Las ceremonias matrimoniales son muy sencillas, normalmente requieren sólo la aceptación de ambos miembros del lazo conyugal. CABALLERÍA INTERPLANETARIA Cuando Edgar Rice Burroughs escribió el primer volumen de las series de Barsoom, la aviación y la tecnología radial recién daban sus primeros pasos, y la radioactividad era una ciencia en florecimiento. A pesar de esto, las series incluyen una variedad de desarrollos tecnológicos tales como las municiones de radio, batallas entre flotas aeronáuticas, aparatos similares a faxes y televisores, manipulación genética, elementos de terraformación y otras ideas de carácter cuando menos visionario. La saga marciana ha inspirado a un nutrido número de reconocidos escritores de ciencia ficción en el siglo veinte y también a investigadores científicos sumergidos en la exploración espacial y en la búsqueda de vida extraterrestre. Ha estimulado a -y ha sido adaptada por- muchos escritores en novelas, cuentos, películas y programas televisivos. Fue extremadamente popular, con lectores y científicos que crecieron leyendo las novelas y ayudaron a inspirar apoyo público para el programa espacial norteamericano. Célebres autores de ciencia ficción como Arthur C. Clarke, Robert A. Heinlein y muchos otros que establecieron Marte como un atractivo y venturoso destino para la imaginación; fueron inspirados en su juventud por estas novelas. Las historias pertenecen al género de ciencia ficción, y pertenecen al subgénero de “romance planetario”, que contiene elementos de fantasía. Estos relatos son similares a las narraciones de espada y brujería, pero incluyen aspectos científicos. Burroughs retrata al principal protagonista de la saga como un ser inmortal. En efecto, John Carter no recuerda haber sido nunca un niño. Las generaciones familiares se refieren a él como “el tío Jack,” pero las ve crecer y morir, manteniéndose siempre en una edad próxima a los 30 años. El personaje es de tipo heroico, con las cualidades que se atribuyen al arquetipo del Héroe. Al igual que los caballeros andantes medievales, se distingue por su valentía, sentido del honor, defensa del débil, carácter noble, aspiraciones aristocráticas, generosidad, amor a la batalla, exaltación de la amistad e idealización del amor. Su carácter y cortesía ejemplifican los ideales de su Virginia natal. Siendo capitán durante la Guerra Civil, se enriquece cuando encuentra una mina de oro en Arizona al acabar el combate. Transportado a Marte en proyección astral, se reencarna misteriosamente en una forma idéntica a sí mismo. Allá descubre que los nativos llaman Barsoom al Planeta Rojo y encuentra varias razas humanoides y formidables criaturas alienígenas que recuerdan a animales mitológicos de las culturas terrestres. La popularidad de las novelas de Barsoom estriba en que se fundan en el esquema clásico de “pobrezas y riquezas” en un escenario fantástico, lo que puede provocar resonancias en aquellos lectores que se sienten subvaluados y cuyas habilidades no son admiradas. Los héroes son hombres de habilidad y talento cuyas circunstancias no les permiten la oportunidad de alcanzar su potencial propio. La trama también resulta trepidante y ofrece un considerable sentido de escapismo. A pesar de eso, muchos críticos han considerado la ficción de Burroughs chauvinista y crudamente escrita. Aunque el consenso general de la comunidad científica descarta la posibilidad de vida presente en Marte, persisten algunas dudas sobre si alguna vez existió vida allí, cuando su atmósfera era más densa y el agua líquida existía en abundancia. Sin embargo, hubo un clarividente, un genio que supo aprovechar los fabulosos poderes de la capacidad imaginativa humana, para crear un universo ficticio lleno de rigor literario; describiendo y explorando con su pluma vital/ágil/elocuente los avatares del mito heroico en un viaje fascinante a lo desconocido, al amor, al misterio. Probablemente, la ciencia tarde todavía algunos años para darnos mayores respuestas que satisfagan nuestro anhelo de trascendencia. Después de todo, ¿quién realmente conoce el enigma del Tiempo y el Espacio? ¿El enigma de la vida y de la muerte? La ciencia y la filosofía sólo establecen aproximaciones. A lo mejor, la inventiva de Edgar Rice Burroughs estuvo muy cerca de esa verdad. Más allá de toda certeza, está la realidad que nos despierta del sueño. Para seguir soñando una y otra vez, para siempre... Jorge Antonio Buckingham
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