Entre la niebla el lunes muestra
su cuerno de marfil gris
rinoceronte blanco
avanza hacia la luz
devora despojos ya extintos.
Abre su único ojo
el día comienza a bailar
arde la mañana en su renacer
el tiempo se hace otra vez.
La ciudad se mueve,
modorra, sonámbula
frío metal que corta
la carne lentamente
se desangran las horas
en una asquerosa monotonía.
El lunes avanza pausadamente
en un páramo de xerofitas azules
donde el viento sabe a vidrio
a silencio con sabor
a café holandés.