qué tal noche tan nefasta
mi dulce Nepomucena
me largaste de la casa
sin  dejarme sacar
de la vieja alacena
ni la mitad del podrido salame,
ese trozo que me corresponde
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ay Nepotita eres mala y traicionera
tienes corazón de piedra
recuerda que en la primavera
después de la última guerra
te pagué la mitad de la entrada del cinema
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tampoco recuerdas aquella mañana
en  la mitad del siglo veinte
cuando te obsequié con una enema
para sacarte el dolor de vientre.
muy a mi doliente mi pesar
nada de eso has sabido aquilatar
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ay nepomucenita
he llegado a la clara conclusión
que ya no me quieres nadita
has quemado hasta mi colchón.
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te propongo que no me reproches
pido tu sincera opinión
ojalá me perdones y me quieras como tal
aprovecha no seas bruta
que hoy estoy sentimental  
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