Alguien toca el portón, alguno más responde tocando desde adentro, sin demora se abre la puerta, quien golpeó afuera y quien tocó la parte interior irrumpen hacia el lado recién abierto, lanzándose a la vez un vistazo de curiosidad a la vestimenta idéntica y el parecido asombroso de sus físicos.
En cada uno de los costados una mujer saluda a quien recién llegó: Buenas días Carlos Alberto, a lo cual responden, tanto el Carlos Alberto de adentro como el Carlos Alberto del lado opuesto: Te amo Margarita.
Asimismo, aquella mujer de nombre Margarita, la cual se encuentra adentro y Margarita, la otra mujer parada en el sitio de afuera, se observan con una expresión de Mona Lisa recién concebida, sintiendo a la par un extraño hormigueo en sus entrañas.
La falta del brazo izquierdo, en cada una de ellas, no es impedimento para sorprenderle, al mismo tiempo, la cintura al hombre de sus vidas.