EN LA NIA DE SUS OJOS
Publicado en Nov 25, 2012
No había acertado con el número, era el 206, estaba segura. Le llamó por teléfono, una cancioncita estúpida le estaba haciendo perder el tiempo; colgó con violencia, casi rompiendo el auricular. Abrió la puerta de la cabina, llovía a cántaros. La noche estaba siendo un verdadero caos, odiaba que llegara tarde y que para más INRI, no le hubiese dado bien la dirección. Salió corriendo hacia el portal, se resbaló con los tacones. Logró ponerse bajo el tejadillo que sobresalía un poco. Miró su reloj de nuevo, las diez de la noche y, no llegaba ni se dignaba a llamarla. Esperaría tan solo un poco más, quizá merecía la pena conocerle. La lluvia era un torrencial, el frío hacía que empezara a quedarse helada. Negó con la cabeza, salió del refugio y comenzó a andar deprisa, sabía que se iba a empapar por eso no corría. En segundos su melena estaba chorreando agua, toda ella, la cara, las manos, las piernas, los pies encharcados, sonaba... chof, chof, cada vez que daba un paso. Ese un sonido que le ponía nerviosa. Por fin llegó a la parada del autobús, justo éste cerraba las puertas y se iba, no era muy tarde quizá no tardaría en llegar otro. Sentía una extraña sensación de soledad. Nunca más volvería a quedar con Alex, ya era la segunda vez que le daba plantón, se sentía como una maceta, en cuanto se conectara se lo diría. Con esos pensamientos cogió el móvil y lo apagó, lo metió de nuevo dentro de su bolso y levantó la vista. Se encontró de frente con unos ojos negros, y en su pulila su reflejo. En la niña de sus ojos se quedó grabada la imagen de Alex, su sonrisa ladeada, su lacónica expresión. No podía dejar de mirarle, sintió el filo mortal en su cuello, el calor de la sangre correr por su pecho y en la niña de sus ojos quedó su mortal reflejo, el destello de la luz de la farola sobre el acero de su navaja. Oscura Forastera.
Página 1 / 1
|
Angel Vallarta