Del aire brota aquel

perfume donde mis manos

se pierden para buscar en la

inexistencia el significado

donde la lejanía deje de

estar para ser tan sólo un

segundo donde el recuerdo

esté por siempre dentro

de ti. Seguir

escribiendo... es

una ilusión en este papel que

ahora está lejos de mí para

escribir en la

belleza de tus ojos un poema,

que no sea del grafito,

ya que no serán las

huellas de este ser el testigo

de nuestros labios distantes

por una misma voz, ¿cuál?

Más fúnebre pregunta no

existe, porque de la noche

son mis palabras en cada

letra de la lluvia, ya que en

ella este poema muere

para dormir en tu espíritu.

¿QUIÉN ERES?

Se inquieta el pensamiento

por ser en el tuyo la

mirada desnuda por el viento,

ya que sigila en las nubes

la sombra espléndida

de un minuto eterno donde

los segundos son de

fantasía, y el olvido, la lejana

realidad de quien te ama,

porque de mi voz son las

palabras de las que carece

el papel abrigado por ti

cuando lees, cuando leo

contigo... aunque no sientas mi

piel, mis manos

escuchan las tuyas en

cada letra ya escrita; aunque

no mires a quien las escribió,

este ser se embriaga con

el reflejo de tu alma

en cada estrella donde

acaricias a la ternura

cuando sonríes, como en este

momento lejos de ti, pero,

no de quién eres.