Debajo de la

tierra estas letras

son tan sólo cenizas,

que en la

lluvia arden como

el frío en el aire cuando

las nubes son del

anochecer. Se escapa

de mi voz la sombra

de cada palabra

escrita con grafito

translúcido. Han de

seguirme los segundos

donde duerme la

luna y las estrellas,

porque la princesa

si es en VERDAD de

un cuento de hadas,

¿dónde está? Abandona

este papel sin

ser parte del silencio,

de donde brota

un clavel marchito

por las caricias del

viento, cuyo cariño

es una ilusión

reflejada por aquella

pequeña lágrima.

Sin dejar de amarte,

olvidé la

tristeza dentro de

mí para clavarla en

mis ojos como el

amanecer en nuestro

único recuerdo,

¿cuál? Pues, sueño

dentro de mí,

ya que LO REAL

no es un juego de

ajedrez donde soy

blanco o negro.

Sencillo, soy quien

se desliza a través

de tu ventana

para dormir contigo

cuando tu bella

y tierna mirada

descanse. Te

cubro con mi alma,

porque mi cuerpo

ya es de un

féretro. Muchos lloran,

porque abandoné este

obstáculo fantasioso

donde dejé de estar.

Todos se han

vestido con trajes

oscuros, en cambio, yo

soy libre tal

cual un pensamiento

para decirte

cuánto te amo.

Pude haber dormido

por siempre en la

eternidad, mas, mi

espíritu abriga un

latido tuyo para

existir a través de

tus labios en aquel

día, que leas

nuevamente este poema...

podrás saber que lo

escribí sólo para ti,

aunque no esté

ahí para decírtelo,

aun así, sabrás

que seré de la

noche para obsequiar

a los ángeles

cuánto te amo,

tanto... tanto, como

una carta sin

ser escrita, que

siempre recordarás

antes de soñar,

porque en tus

pensamientos se abrigan

los míos sin

saber si me amas.