ngel de La Guarda
Publicado en Nov 27, 2012
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                              ESTO ES UNA NARRACION                                                                                                                                                                                                                             Esto Es un relato de algo que sucedió en mi niñez. Un pasaje agridulce que se grabo a fuego en mi memoria y vivió para siempre en mi corazón; corría el año mil novecientos cincuenta y ocho contaba con catorce años de edad, era una niña inocente e ignoraba muchas cosas de la vida. Por razones que no vienen al caso que no relatare… Una tarde del mes de noviembre me encontraba muy lejos de mi casa sola, extraviada, le solicite a la señora de almacén ya que ella me conocía bien, si podía prestarme dinero para el micro que era el último que pasaba a las ocho de la noche, esta señora simplemente se negó sin pensar que quedaría a la deriva en la calle… De pronto aparecieron tres jóvenes que eran de otro campo que había visto, aunque no los conocía muy bien… Nosotros vivíamos en la estancia Rosa Aurora camino a Villa del Rosario Ciudad de Córdoba, el almacén en cuestión quedaba a legua y media de la estancia, el pueblo se llama Costa Zacate. Estos muchachos prometieron llevarme a casa, creí en ellos me subí a una camioneta que ellos conducían, a mitad del camino bajaron alegando que tenían hambre y que habían comprado algo para merendar, como también tenia apetito, no dije nada, bajamos de la camioneta, sobre el pasto he hicimos una ronda. Me dieron el pan, el fiambre,  hice los Sándwiches. Luego de que merendáramos, noté que dos se alejaron pero no hice caso, seguí juntando las cosas con lo sobrantes. De repente el que se había quedado se abalanzó sobre mi, luchamos por el suelo quiso desgárrame la ropa pero no pudo, en un momento que él se descuido, le di un rodillazo y pude zafarme de sus brazos, comencé a correr desesperadamente por la ruta. De pronto y no se de donde apareció un señor que me tomo por la espalda, me sujetó fuertemente, patalee grite pero él no me soltó, simplemente me dijo que si prometía no correr: me soltaría, asistí con la cabeza apenas toque el piso, comencé a correr con desesperación… pero a muy pocos pasos me alcanzo. Volví a darle cabezazos, puntapiés hasta agotarme, sentía que ese señor me sujetaba pero no quería hacerme mal, me tranquilice: Cuando estaba en el piso él simplemente me tomo de la mano y me preguntó ¿que edad tienes? a lo que respondí, catorce años, me miro, frunció las cejas. -Me dijo… me quieres decir! que hace una nena como vos, ¡en la calle!  Y a esta hora?… Le narre brevemente lo sucedido, él bajando la cabeza me pidió perdón por el mal comportamiento de esos hombres y me dijo; nunca confíes en nadie que no conozcas, asistí con la cabeza, tomo mi mano me condujo hasta una gruta que hay sobre la vieja ruta nueve, de la virgen de LOURDES, estaba cerrada,  Sacó unas llaves de su bolsillo, y para mi sorpresa la abrió, entramos, nos arrodillamos, rezamos. Luego nos sentamos en unos bancos de mármol que hay en la gruta.
Me dijo que durmiera que él me despertaría a la hora que pasaba el camión del señor Ramón, que iba a mi casa.
Para retirar la leche… nosotros trabajábamos en un tambo, ordeñábamos
Las vacas dos veces por día,  El después  la retiraba. Me dormí como un bebe en su regazo. Sentí una brisa sobre mi cabeza me desperté sobresaltada, él me contuvo, me dijo- no te asustes ya está por pasar el camión- me enderece y salimos de la gruta cruzamos la calle él paró al camión, cuando estuve arriba me volví para despedirme pero no lo vi… Don Ramón me pregunto que hacia a esa hora por ahí, le conté lo sucedido, y ahí: se me paralizo el alma… me dijo que no había nadie más  en la calle, a lo que yo le respondí que él señor  lo había parado.
 Y el me dijo no!  Yo paré, por que te conocí_… 
 Yo sé que fue un hombre. Sentí su respiración su corazón. La ternura de su voz…. Que para mi fue un ANGEL, es verdad, nunca pude saber su nombre… aunque lo busque y pregunte a todos nadie supo decirme de quien se trataba, y eso que por ahí , se conocían todos. 
Yo estoy eternamente agradecida… hoy después de cincuenta años volví a ese camino -aun es una ruta desolada- no hay nada más que la virgen de Lourdes en el camino. Lloré, llore, de agradecimiento y espero de todo corazón que esa persona que me contuvo toda la noche. Ella lo proteja de todo mal. Ese fue mi Ángel guardián sé que era un hombre…Pero para mi fue el Ángel que Dios pone en el camino de las personas para protegerlas de todo mal….
 
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Foto del autor Maria del Carmen Maldonado
Textos Publicados: 5
Miembro desde: Nov 26, 2012
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Descripción

Es una narracin de algo que pas en mi vida

Palabras Clave: camin ruta virgen de Loudes nia Angel

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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