"Se podría decir que el amor es aquello
donde sientes que en lo profundo el 'tú' y el 'ello'
se encuentran y se unen en un solo destello",
dice el Corazón sin el menor atropello.
 
"¿Qué dices, capullo?, no tienes razón,
 que el amor es tan solo una mera emoción,
 que llega y ataca sin anticipación,
 los deseos del Cerebro, o sea yo, tu servidor".
 
"Perdona si te ofende este palabrerío,
porque sabes que al fin, el pensar no es lo mio.
Pero aún de tal forma vengo y te contrarío,
ya que tú aquí sin mí, no tendrías poderío.
Y espero que ahora no te vayas a alterar,
porque si aquí yo no pienso, tú no sabes amar".
 
"¿Amar es lo que dices? de eso no oirás jamás.
Que las sensaciones que se forman son hormonas, y no más.
Tu función es la de sólo hacer la sangre circular,
y de bombear hasta la muerte, ¡es tu suerte así sin más!".
 
Y ahí ha de empezar otro debate inadvertido,
que Cerebro y Corazón ya lo han establecido,
cada que su dueño entre el amor se ve perdido,
para ver como entenderlo, y no quedar muy aturdido.
 
Porque al final el amor es precisamente eso,
convertirse en tal disputa, día a día y con exceso.
Y la riña no tendrá nunca algún final preciso,
hasta que uno de los órganos fracase y caiga al piso.
 
Oh, l'amour!