RENUNCIACIÓN


Renuncio a ti, a tu candor, al agridulce de tus besos
A la rosa de tu amor que en un vestido salpicado de 
pudor me diste,
al sabor de tu bordeado cuerpo con 
miel de cerezos, a tus promesas de amor que 
embutidas de verdad me ofreciste

Renuncio a ti, a tus labios morenos que por amor, veneno a beber me dieron, a tu ebanizados ojos que con pasión felina mi cuerpo recorrieron
Al terciopelo de tu voz que mi nombre en música convirtieron 
Renuncio a mis fantasías que en tu cuerpo vivieron

Renuncio al quimérico embeleso de estremecerte entre mis brazos a concretizar aquel amor que me dejo el corazón en trazos
Renuncio a ti, y te devuelvo envueltos en fieltro todos tus falsidos te quieros.
Fueron instantáneos placeres huérfanos de sentimientos verdaderos.

Renuncio a tus quejidos, atrapados en tu garganta susurrante 
Igual que aquellos te quiero eran solo pasiones mujeriles de amantes y nunca fueron correspondientes al fuego crujiente de este corazón, por ti delirante.

Renuncio a ti, más el corazón de repentino no ha podido 
Este pisar de vidrios no puedo ya, a pies desnudos continuar
No puedo con lágrimas de metal, ni cuerpo ya más desgarrar.

Renunció a ti y me aferro al madero amargo de tu desdénico olvido
el corazón sin mi, veleta aloquecida se aferra a su necio destino.
Renuncio a ti, ya más no te puedo amar
Ya a más nada me queda, de ti por renunciar
Si ni tu restada voz ya me dejas escuchar

Renuncio a ti, y aun el corazón no puede renunciar