-¡El mundo se va a acabar!¡El mundo se va a acabar!- Gritaba un hombre corriendo por la calle. La gente le miraba perpleja, ya que, a diferencia de otros locos que corren por la calle gritando que el mundo se va a acabar, este estaba pálido, gesticulaba su cara muy bien, e imitaba el miedo más realísticamente que cualquier actor de cine.
Algo había pasado, y esa gente en la calle lo sentía. A los pocos minutos de este suceso, aparecieron unas diez personas más, gritando:
-¡El día del juicio final a llegado!- Moviendo sus brazos enérgicamente.
Luego de este suceso las personas no sabían que hacer. Unos se dieron la vuelta para volver a sus casas, otros para volver a sus trabajos. Otros siguieron su camino como si nada hubiera pasado, otros se sentaron en el piso. Uno que otro paranoico comenzó a gritar -"¡Moriremos, Todos moriremos!"-... pero nadie se le ocurrió averiguar que sucedía.
Así que cuando esos "algunos" y esos "unos que otros" llegaron a sus casas, trabajos, o donde sea que estaban llendo (excepto, claro está, de los que se quedaron sentados en el piso y los que corrían en círculos gritando "Moriremos, todos moriremos"), se enteraron de que el mundo se hiba a acabar, efectivamente.
"Un asteroide un poco más pequeño que la luna hará colisión con nuestro planeta en dos meses. Está formado de una especie de hielo tan duro como transparente. Es inevitable... no importa cuantas bombas le lancemos... cuantas personas evacuemos de las ciudades... será el fin..."- decía un hombre de la NASA en vivo, mostrando fotos del hablado asteroide (que tenía forma de chorizo, pero a nadie mayor de 15 años le importaba).
El planeta entero se conmocionó. La televisión daba anuncios seguidos de sacerdotes (para salvar su alma compre el nuevo "Benditín", agua bendita autorizada por el Papa), de rabinos judíos (¡consiga descuentos en cicunsiciones! ¡últimos días!), y de otras sectas y religiones dispuestas a salvar el alma de alguien.
Comenzaron a haber suicidios en masa (casi 200 al día), cayeron gobiernos, se puso de moda las estampidas de gente en las ciudades, robaron tiendas, los gobiernos de ciertas potencias brindaban su apoyo a las personas que querían morir (sólo tenían que llamar a una línea habilitada en el palacio de gobierno, dar la dirección de su hogar, y eran bombardeados desde la base militar mas cercana).
No solo había cosas malas mientras el planeta se preparaba para su extinción:
El amor de algunas parejas se hizo eterno, ya que no tenían qué perder y sabían cuál hiba a ser su futuro. Empresas tecnológicas y científicas se unieron para crear naves espaciales gigantes para llevar a la mayor cantidad de gente posible al espacio. La deuda externa de todos los países del mundo fueron canceladas (ya que no tenía sentido cobrarlas). Pueblos enemigos se hicieron amigos de nuevo, no porque no había razón para seguir peleando... sino porque el asteroide hiba a destruir al enemigo, y ya no había de quéeee preocuparse. El alcohol, la marihuana, y otros estupefacientes fueron legalizados por los gobiernos para "Dopar un poco a la población, y no se sienta el golpe..."

Faltaba un día para la catástrofe. Casi la mitad de la población mundial murió debido a suicidios, hambre, preocupaciones, bombardeos a sus casas por equivocación (a veces eran por culpa de simples bromas), cansancio (nadie puede estar vivo, luego de estar dos meses dando vueltas gritando "Moriremos, todos moriremos"), aburrimiento, etc.
Paradójicamente caía el día de los Inocentes... y efectivamente salió en todos los canales de televisión la cara de aquel hombre de la NASA, junto a varios líderes dogmáticos, políticos y empresariales, diciendo a viva voz:
"Feliz día de los inocentes!!!! Si tenemos tantos misiles como para volar el planeta unas siete veces... ¿Como no tener para volar en pedazos solo un chorizo más pequeño que nuestra luna?. Esta fue una prueba para ver cómo la población reaccionaba ante una catástrofe de tales magnitudes. Gracias a esta prueba demostramos, a los sobrevivientes, que el hombre encuentra en la desesperación su verdadera nobleza... la mayoría de los sobrevivientes tiene que ser gente inteligente, sabia. Terminamos con una gran parte del fanatismo y la ignorancia (ya que los que se suicidaron no eran más que fanáticos e ignorantes), con la sobrepoblación mundial. Trajimos al mundo un mejor futuro... un futuro sin dogmatismos, sin limitaciones, sin gobiernos" (sin gente diría yo) "y con una visión social más amplia. Comencemos este mejor futuro con la gente que queda..."
Y a lo mejor solo sobrevivieron los esperanzados...