Testimonio #1: Incertidumbre
El poder fue tu enfermedad terminal. Es una lástima… Creo que esta vez, estaba dispuesto a dejarme modificar por Vos (¡Con lo que eso me cuesta!) Supongo que Vos tenías un interés completamente distinto y no estabas dispuesto a relegar ninguna de tus voluntades (más allá de lo obstinadas que alguna de estas fuesen), y no te resultaba cómodo hacerte cargo de la situación... Te gustaba el poder (y supongo que aun te gusta, desde dondequiera que estés), pero no te gusto que te recordara que gustabas ejercerlo. Supongo que ese recordatorio desemboco en tu huida, el poder se comió a tu poder y decidiste rápidamente combatirlo con más poder… Ese fue tu “As bajo la manga”, también fue lo último que supe de Vos… Espero que no sea lo último que la vida haya sabido de Vos.
 
Testimonio #2: Resignación
No quise contar tus hilos de marioneta ni una sola vez más. Me harto tener que focalizar como te movía el titiritero que gritaba: ¡Títeres debajo de tu mandíbula! ¡Títeres debajo de tu mandíbula!
Estrellas porno-anónimas, disfrazadas de dramaturgas en el ciberespacio, hacen las veces de: Marineras, mucamas, colegialas, etcétera; te sacaron -por momentos- de la angustia existencial. Que frágil es el lazo que divide lo real de lo irreal. Ayer llego el futuro. Mañana, nos vamos al pasado... No es una GRAN VERDAD, pero pasa. Lo que también pasa es la perdida de Vos por Vos y tu desprecio por Vos mismo. Todavía puedo recordar lo gracioso que me pareció el leer como citabas palabras ingeniosas soldadas de tipos que actúan de forma astuta y crean párrafos que sugieren creatividad y profundidad, pero solo son eso: Palabras ingeniosas soldadas. Tipazos que imitan y superficializan (¡Eso sí, jamás lo admitirían!), y tratan que imites y superficializes (¡Y, a veces, hasta lo logran!), Vos sí que fuiste todo un ejemplo en la materia.
Esos logros me “trajearon” como candidato posible a la eternidad (y lo tuve en cuenta), aunque desistí. Pero acá no nos olvidamos de Vos, eso… ¡Ni siquiera lo contemplamos como posibilidad!
 
Testimonio #3: Certeza
Había pasado mucho más tiempo que el habitual desde tu ultima ausencia, entonces fue que nuestras conjeturas se “descajetaron” por completo y contemplábamos hasta lo imposible.
Luego supimos de tu viaje y todo empezó a correrse un poco más a lo posible: Una Paso de los toros “seca” te encegueció con fotogramas amarillos y perfumes de aviones sonoros... Mientras, Lucy volaba "adiamantada" por los cielos y los ladrillos caían de la pared.
También te hiciste rápidamente amigo de tu alter ego. Nada peor para un Campeón como Vos que un Detractor como Yo, entonces me bautizaste como tu enemigo. Pero cuando me “venciste en mi juego” (por así decirlo), te diste cuenta -aunque lo niegues- que no era Yo tu enemigo, sino que lo eras Vos… ¡Si Amigo! Tu enemigo está allí, allí en donde nunca te animarías a entrar (solo Vos podes escuchar sus burlas), te grita y haces oídos sordos, te escupe y te limpias con el pañuelo de la negación, no te permitís que solo Vos tengas que tolerar lo amargo de su infecta saliva, sos demasiado escéptico como para darle cabida a tus demonios o dioses internos, pero son Ellos los titulares del 51% de las acciones de tus acciones diarias. Diste por sentado que la “palabra sanadora” del simpaticón pastor de la clase media era tú bajada a tierra y que te era más fútil comprar paz interior encuadernada que andar por ahí haciendo triviales demostraciones de amor por Vos mismo, pero que rápido que te olvidaste -y valga la redundancia- de Vos mismo. ¡Es una pena!… Aunque todavía estamos los que SI creemos en tu gracia y brindamos porque llegue el momento en que dejes de gritar en el griterío y callar en el silencio. Sí que brindamos por eso…