OJOS DE LA SINRAZN
Publicado en Dec 11, 2012
(experiencia NO TAN esotérica) _________________________ Agobiado por abrumadora pesantez de párpados apenas si los pude despegar. Lo poco que pude vislumbrar semejaba el interior de una brumosa concavidad espectral. Solo percibía imprecisos esbatimentos subacuáticos, un ámbito incierto, sombras desfallecidas veladas por un denso fluido frondio. Muy cerca de mí surgió una baba oleosa y palpitante que ascendía despaciosamente hacia alguna superficie ignota, tal como los tintes de una acuarela en remojo que se diluyen y ascienden sumergidos en agua por largo tiempo. Necesitaba a toda costa detectar algún indicio de mi paradero. Afiné la atención cuanto pude. Sospeché que así debería ser la visión primigenia de un feto inmerso en líquido amniótico. Quizá, pensé, me encuentro en pleno proceso de reencarnación. Pero tal cosa era absurda, puesto que tenía perfecta memoria de todo mi pasado y para poder reencarnarse primero se tiene que morir... y yo estaba seguro de que aún no había efectuado el trascendental paso hacia el reino de tanatos. De pronto, me asaltó una consideración nada edificante. Barajé la posibilidad de haberme enquistado como una larva y que boyaba o me sumergía en un plasma de alta densidad. Recordando la teoría del sabio de Princeton, me pregunté: ¿estaré enquistado en algún vórtice espacial innominado? ¿en alguna indeterminada curvatura del cosmos? ¿en la interfaz donde se juntan las dimensiones del espacio, el tiempo y, posiblemente, la energía vital? En fin, mil dudas semejantes sin respuestas que se extraviaban en regiones desconocidas, más allá de mis paupérrimos conocimientos. Pero era tan intensa mi corrosiva curiosidad que no cesaba de hacerme preguntas y más preguntas: ¿Acaso mi alma -si es que el alma existe- se ha liberado para conformar mi yo en un encriptado ideoplasma? ¿Me habré transformado en una flatulencia detenida en un tramo del tubo rectal de algún gigante sideral a la espera de que expulse su huayco fecal hasta arrastrar mi ente hacia la inmensidad galáctica? De súbito, sentí un vahído en conjunto a una vertiginosa fuerza magnética que me absorbió hasta extinguirme en las profundidades de un pozo o un agujero negro. Ignoro el tiempo en el que quedé estático o inconsciente en ese inusitado estrato laberíntico. Al retomar conciencia, advertí que ya no me encontraba en tan abstracta circunstancia. Desperté de sopetón para abrir los ojos de la razón. Recién entonces pude tomar clara percepción de lo que me ocurría. Simplemente me encontraba hondamente concentrado en mi primer ejercicio de meditación profunda, debidamente ayudado por más de botella y media de ron de caña. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
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