Fragmento
Publicado en Dec 12, 2012
Ella con su voz tenue y dulce pronuncio esas palabras que me acariciaban el alma, su aliento y su olor se impregnaban en toda mi ropa,y, su cabello, tan largo tan brillante y dócil bailoteaba con el viento que estaba a su favor.
Enloquecido con su presencia, enamorado de su conocimiento y atraído por su belleza, no sabía que decirle, frente a ella mi única reacción era observarle y con mil opiniones en mi lengua, mis ojos solo querían observarla. Que bello día hacía, mis atardeceres eran siempre iguales, pero, ese día no existiía horas que pasaran, ni minutos que contaran o reloj que valiera la pena, a su lado yo estaba en el cielo volando.
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