Tenias razn, mama!
Publicado en Dec 13, 2012
Tenia razón, mamá (2)
Hace poco tuve otra visión de madurez recostado en mí escoba, con un vaso de chicha de sobre en la mano, entre sorbo y sorbo, recordaba cuando te veía, empezando tu dìa antes de las 6 de la madrugada, cuando bajabas a lavar pañales a mano, porque en esa época no habían Pampers Active Baby, como los de Facundo, que los doblas hasta convertirlos en tamalitos, los cierras con sus broches de pegapega y luego se convierten en dos puntos cuando emboco en el tacho de basura del baño o, cuando no emboco, se convierten en la misma frase proveniente de la camota de mi hijito diciendo: el ocioso trabaja doble... Bueno, tu lavabas los pañales con todos su contenidos, a mano, con agua fría y luego los hervías con jabón, por que el detergente irritaba a tus bebes. Y lavabas a mano pañales de gasa y de tela, y eran mucho pañales, dos por cada cambio de 4 niños chiquitos multiplicados por 8 cambios al día? Porque esos pañales no absorbían nada y a ti no t gustaba q se les pase el frio, o algo así, q nunca entendí bien que era, pero que seguro servía para prevenir enfermedades a mis hermanitos. En un ollón lleno de agua hirviente y pedacitos de jabón bolívar, que previamente habías rallado, Metías los pañales, luego de haberlos lavado a mano y cepillado hasta herir tus manos. Yo a veces, como ya es obvio, me levantaba cuando te oía bajar las escaleras, la adrenalina que me ponían para la crisis asmática no me dejaba dormir mucho, sin hacer ruido iba detrás de ti y te seguía en tus que haceres madrugadores, con tanto agradecimiento como con el asco que me daba verte refregar manchas eternas y consecutivas de muuuuucha caca y a veces diarreas de bebessss. Perdón por la imagen pero es que, quiero que se entienda lo que significaba tu primera labor del día: madrugar después de malas noches interminables por años, que consistían en: atender a tu hijo asmático hasta la cianosis (YO) y tus 4 bebes menores de 4 años todos ellos, pidiendo leche y queriendo luego botar chanchitos toda la noche, uno por uno y a veces todos juntos. Luego dormías algunos minutos y te levantabas antes que suene el despertador para que yo, q convalecía del asma semi mortal, y mis hermanas mayores, puedan dormir un poquito más antes de prepararse para el colegio. Te levantabas rapidito tendías la cama que mi papá ya había abandonado para afeitarse con su bisturí, bañarse sin hacer ruido y salido a comprar el pan para el desayuno de todos, anticipándose a la llegada del jeep de la base de aviación, donde iría a pasar el día, dando instrucción de vuelo a un grupo de oficiales que dos décadas después, entregaría su vida por la ineptitud de Fujimori y su corrupto grupo de jefes militares. Al grano, al grano. Entonces, después de lavar los pañales, cocinabas para tener todo listo cuando regresaras del colegio de La Parada donde enseñabas a niñas de primeros años con sífilis o abortos a puertas. Luego preparabas el desayuno y nos lo llevabas a la cama para que tus hijitos tengan un más dulce despertar. Bajabas con mamaderas, tazas y platos con migas, luego de haber cambiado de ropas a tus chiquitos y de haber arriado a tus mayores para que se pongan uniforme, se peinen y se quiten suficientemente las legañas. Lavabas la vajilla y demás utensilios, exprimías con la fuerza de un titán, los muchísimos pañales que luego colgabas en los cordeles de la lavandería. Acto seguido, realizabas la labor que hoy motiva este episodio de: Sacabas tu escoba y barrías rápido y ordenadamente tooooda la casa, no sé cómo lo lograbas en tan poco tiempo, yo ahora que barro mi departamento, que es la mitad que el tuyo, me tardo una vida solo en pasar la escoba por donde mira la suegra. Luego dejabas a tus telerines al cuidado de mi tía pilar, en el nido y embarcabas al colegio a los mayores, cada quien en su movilidad, y salías a jugarte la vida hasta la parada, en tu afán de salvar un futuro para tus pequeñas discípulas. Al medio día, regresabas escoltada por tus padres de familia, que siempre evitaron que fueras asaltada en esos días (años), y nos dabas de almorzar a los 7 hijos con que Dios te había "bendecido". Terminado el almuerzo, lavabas lo que quedaba en la cocina, aseabas a los menores y nuevamente tomabas la escoba y la pasabas por toda la casa. Recibías alumnitos que no tenían claro lo aprendido en sus colegios mientras nosotros hacíamos nuestras tareas. Antes que llegara mi papá, y luego de marchados los alumnitos particulares, arreglabas el caos generado durante la tarde por tus 7 enanos, y por última vez en el día empuñabas la escoba que pasabas rapidito por la casa para que todo pareciera paz y tranquilidad cuando, al fin, este toda la familia reunida. Recuerdo que mirabas el reloj, corriéndole una carrera al minutero que anunciaba que mi papá llegaría en 9 minutos, 8, 7 6.....4....1... y ya casi terminabas cuando papá entraba, apuradísimo, a ver a su familia y te encontraba con las manos en la masa. Yo veía tu desilusión en la cara, tu tristeza por no haber terminado unos minutos antes para que tu esposo encontrara un hogar de foto. Él, alguna vez, había protestado por no encontrar todo en su sitio y a su mujer relajada y perfumada. Nunca entendí porque era tan importante barrer tanto, aun que me explicabas que los más chiquitos gateaban aun y que podían ensuciarse las manos y luego chuparlas y agarrar una disentería, y no eran los pañales los que te preocupaban.... Alguna vez, cuando el tiempo se acababa, mi papa asomaba ya y tú no terminabas de barrer la casa entera, te oí decir: - Una nunca acaba de barrer esta casa...* Antes de ayer, decidí esperar a mi esposa e hijos con la casa limpia: barrí, trapee y pase desinfectante, ventile toda la casa y hasta me bañe... llegaron y todo fue felicidad. Una hora después, el piso estaba salpicado de arroz y hamburguesa, pedacitos de servilleta, cabellos y polvo de la calle. Retome la escoba y me puse a barrer. Y en eso me acorde de todo esto que te escribo, mamá, y dije, por no decir lo que tu dijiste, - tenias razón, mama!!! * Y San Martín es el santo de la escoba?
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