EL BRILLO DE LA NOCHE
Publicado en Dec 14, 2012
Caen los rayos, dispersados, algunos eran monótonos y otros asfixiados, las rejas del sol en tierra promiscua. El espíritu libre, tan sincero como el tiempo, ilumino mi sonrisa y arrugo mi cuerpo. El placer de la vida el contorno azul de fluorescente sed en movimiento, Adquiríamos el escrito en el libro con tinta extraña, era derramada entre los huesos, cordial el placer endorfinas del alma. El aroma de tu cuerpo, abajo estamos los que aun esperamos, el incienso que se eleva es el humo del aroma en pasión es tu cuerpo. Recuérdame llevar el ramo de besos que se espinan entre el dolor del amor, cuando nos decimos adiós. No olvides llevar el perfume de tu tacto que embriaga mi ser, me guías, me conectas a tu estilo es tu romance una droga es el amor incomparable, se siente tan bien, éxtasis entre tus piernas contorneadas marrón de ginebra tal cual libertad me deja llegar a donde sea, era vestido de blanco con tus alardes, un escritor árabe bajo el sol de las penumbras, tu mirada menguante, olvidemos el látex. Fuese tan sencillo como delirante, tus eróticos senos, me inspiran, soy salvaje dentro de la noche que con tus brazos me cobijaste. El futuro era incierto, tips de ropa de estúpida moda, programas de tv que explotan y extorsionan en falsedad la sutil ignorancia de la soledad. Fama adquirida en prosa entre el jardín del pincel, no quiero retroceder, ni ser mas fuerte ni mas débil, mi espíritu aun se mueve con afán de la luz en tu mirada, mi esperanza, en tu coraje, mi cordura, tan solo días que jamás retornaran, es el sacrilegio es un mito sea leyenda. Los horarios tan apretados no te dejan pensar, ni solucionar, esta arritmia tan sensual, que baja y se apodera en el centro de la pelea. Amo tus labios cuando se extienden y comprenden mi cuerpo, me recupero de la resaca de orgasmos, es un cisne contemplado, son letras que no puedo escribir, es un síntoma que no puedo discernir, un sentimiento sin explicación. La fortuna de mi lado interior vive y sufre, atrapado en el hostil laberinto de las traiciones, y el delicado cinismo que me deja el horizonte rojo en el orfebre libre. La música de tu voz, mi predilección anticuada, la blusa de tu alma que portas con calma para todos los males. Amo tu mirada, es quimera, es mi paisaje para formar los momentos de un lago gris convertirlo en paraíso eterno. Me movía entre tus mejillas, te sonrojabas, descansaba en el ático de tu lunar, favorito vivía yo en tus senos. Planeaba conquistar un poco mas allá de lo que la muerte puede terminar y lo que el amor puede dar. Entre el pulso del piano, delirio, frenesí dinero y tiempo que matar. Muy bien postulado estaba por el sendero el valle de tu interior que no desconoce la maldad pero que genera el bien. La locura nos atrapo, entre el vino el baile y la diversión. Mujer de la noche, mágica era tu sonrisa y yo tu ventrílocuo los colores en tonos desvanecidos entendiendo la distancia, comprendiendo insaciable soledad, el seductor del cincel hizo la escultura con los ojos tan vivos. Deseo llevar para ti un aro de caricias y besos que cubra toda tu alma para el placer y la lujuria desenfrenada sobre los cuerpos. Era tan libre por lo cual lúgubre, mi fúnebre libertad, que escucha la escultura tan gris, y escucho el sonido y su color, no quiero soberanía, me relajo en mi estado mientras la música son tus caricias de notas celestiales que ilumina cual fuese el infierno.
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