¡Dila! es el momento oportuno, suelta la maldita palabra que se entrelaza entre tus cuerdas vocales.
anda... déjala salir, se apodera de tu mirada ¿Que no la dirás?
Pero tienes miedo, de que esa palabra sea lo suficientemente grande, manipuladora, como para perderte aún más en el abismo que hs construido en estos años.
 
  Va penetrando, carcome el tejido adherido a tu esqueleto, brinda aburrimiento en tus rostro, arruga tus dedos, los inmoviliza, se encarga de abrir tu pecho y usarlo como un blanco de dardos, te quemas lentamente y no te das cuenta, las cenizas se impregnan en tus sábanas cada mañana que eres capaz de levantarte, para verle la cara al sol, para saber que no te has rendido, y que áun tus pies puede seguir moviéndose por si solos, pero aún no dices esa palabra que clava muy dentro, que se posa en tus lagunas mentales, no puedes ignorarla, ni mucos menos destruirla, vivdes de esa palabra que has estado visualizando mientras lees esto. 
 
  Cuando sonríes, la gente se fija en tus detalles, en tus características de belleza que se alinean en tu rostro, pero nadie te esta mirando realmente, no como deberían...
  Solo logran decirte cumplidos que recibes con una sonrisa distractora, pero la verdad... es que solo es un viento que sopla por tu oídos y desaparece en cuestión de segundos, es tu autoestima que te arrastra hacia agujeros negros, que te susurra en las noches que no eres nada, que te ata de brazos, que te venda los ojos, intenta destruirte... y tu aún no logras decir aquella palabra que ya es visible en tus ojos, resguardas con hilos invisibles tus labios, intentas mantenerlos callados, calmados, pero el monstruo dentro de ti, te hace daño y en cualquier momento lograra salir, será demasiado tarde como para traerte de vuelta.
     
      Quieres hacer de mí un susurro, un recuerdo, una estrella fugaz, algo efímero                                                    Quieres hacer de mi una adicción                                                                     Quieres hacer de mis ojos un espejo de odio, de llanto                                                            Quieres hacer de mis labios una prisión de palabras                                                       Quieres hacer de mi rostro un banquete del que te alimentarías                                                        Quieres hacer de mi cuerpo, un cadáver, una estatua                                                                        Quieres hacer de mi un fantasma.   Aún no puedes decir esa palabra, esta vez te vas lejos, te mantienes entre diferentes galaxias para no pisar esta tierra, inhalas el polvo en tus narices, sientes una libertad escapar por tus cabellos, te fumas un cigarro, sientes la tranquilidad resbalar por tus curvas, subes y bajas entre un cielo oscuro, bebes de lo que quema tu garganta y emboba tu mente, quemas tu garganta para reducir tus palabras a algo más pequeño, a algo pequeño... que se termina destruyendo, te olvidas de tus pensamientos para dejarlos descansar de la depresión, te olvidas de tus cuerpo y lo maltratas para distraerte, es la droga, es el alcohol, es el cigarro, el que hace de ti un adicción. 
    ¿Aún tienes miedo de soltar la palabra que esta vez rasguña ya tus dientes?    
Ha recorrido todo tu cuerpo, dentro de ti grita, te hace vibrar, la gente no lo nota, no nota los residuos de veneno que has consumido a diario, no nota las marcas en tus brazos cuando inyectas el aburrimiento, no notan las cicatrices que pules en tu cuerpo ¿crees que son hermosas? las perfeccionas en el tiempo, pasas de algo doloroso a una santisfacción, es tu alma en peligro la que rasguña tus piernas, no es un filo que usas para sentir dolor, no es un hilo que une tus labios para sellarlos, es tu miedo lo que los mantienen unidos.
 ¡Dilo de una vez por todas!
Infla tu pecho, inhala el aire que llena tus pulmones, respira profundo... suelta tus costillas, suelta aquel abdomen, que mides cada día queriendo adelgazar, deja de contar números sobre una pesa, deja de sacrificar tu piel a algo tan doloroso, deja de quemar tu garganta, con esfuerzos fallidos para olvidar la palabra que esta subiendo por tu garganta para ser fritada por ti esta vez, no por medios de palabras que quemas en papeles viejos, que olvidas, pero que en tu mente son visibles, recordadas a diario, quítate la sonrisa del rostro, el adhesivo comienza a desprenderse, ya esta usado, se desprende ante tu ligera mentira, quítate el maquillake, no hagas mas distractores tus ojos, tu llanto quema tus poros, pero más que todo lo escrito. 
 Detente de una vez por todas...
    Deja de alimentar el monstruo que has creado dentro de ti
 "Ayúdame" no importa que lo digas de una manera sumisa, con miedo, ayúdame... vamos repite, siéntete aliviada al decirlo, no dejes que la depresión sea lo que te levanta por la mañana y que la tristeza te acueste por las noches...
 corre, corre... hacia algo que no sea oscuro