Los psicópatas
no tenemos necesidad de amar
ni anhelamos que nos amen.
No buscamos asilos para el amor
pues no lo sentimos.
Somos objetivos y directos,
por lo general geniales y callados.
Podemos perdernos en sinuosidades femeninas.
Podemos deletrear los contornos de una Dama...
Pero para nosotros sólo serán hembras, objetos,
sabrosas rodajas ambulantes de carne.
Nosotros los psicópatas
hacemos como que exhalamos y no exhalamos.
Podemos disiparnos en canto y poesía.
Hablar de brazaletes hermosos y de finas copas.
Dejar escapar un quejido como si fuera real...
Pero no encajamos con nadie, sólo con nosotros.
Somos nubarrones envarados, somos nebulosas.
La gente cree leernos y en verdad nos desleen.
Sinceramente, horadamos a todos por igual.
Vivimos imitando, vivimos engañando... y eso es fácil.
Somos como incapaces de dañar mas abyectos.
La infatigable sexualidad es nuestro punto débil.
Podemos ser indefensos asesinos seriales.
Somos de mirada dura y apariencia tenue.
Escribimos madrigales mas no sufrimos por nadie.
Somos inteligentes y calmados calculadores.
Podemos tomar a nuestras esposas y echarlas a una pira
como se arrojan los cadáveres al Ganges.
Y mientras su cuerpo se quema en una brasa
nos regocijamos un poco en las debacles creadas.
No tenemos por alma sino lodo y pezuñas.
Ignoramos las frías dispensaciones de la Luna.
Somos espantos encerrados en falsas fragilidades.
No dudamos a la hora de ajusticiar a nuestras familias.
Somos verdaderamente insubstanciales
y obviamente buscamos nuestro beneficio en todo.
No crean en nosotros, somos elusivos:
Vaivénes intocables en las bahías de la vida.