Tanta era mi curiosidad por saber que ni siquiera vi que me había desviado del camino, entonces mire al frente de mí a un estudiante dándome la espalda a pocos centímetros de ser atropellado por mi bicicleta frené pero desgraciadamente no tengo tan buenos reflejos.
-          ¿Qué paso?- trataba de recordar lo último que paso.
-          Eres muy distraída ¿No es así?- dijo una voz que en mi vida había escuchado.
-          A veces, ¿Quién eres? ¿Mi conciencia?, ¿Acaso morí?-.
Aquella voz empezó hacer un sonido risueño que me inspiro ternura y gracia, no es que hubiera dicho algo gracioso; estaba asustada.
-          No, pero fui casi tu victima así que posiblemente podría ser algo así como tu conciencia-.
-          ¡SIGO VIVA!- dije sorprendida mientras me levantaba de donde estaba tirada.
-          Parece que sí pero si sigues así no creo que tengas tanta suerte, incluso pareciera que apenas estas aprendiendo andar en bici- me dijo sonriendo.
-          Lo siento de hecho así es, hace no mucho aprendí a guardar el equilibrio en ella, yo sólo me distraje a una velocidad inadecuada…-.
-          Y en un lugar exclusivo para peatones -.
-          ¿De verdad?, yo… yo eso no lo sabía…-.
-          ¿Acabas de entrar?-.
-          Sí, soy toda una novata – dije con gran animo porque estoy orgullosa de haber entrado a la universidad aunque no creo que deba de estarlo pero así me siento.
-          Trata de no distraerte mucho por suerte esta vez ambos estamos bien, tengo que irme – dijo mientras se levantaba.
-          Lo haré, y gracias por no enojarte -.
-          No es nada. Por cierto bienvenida al campus, disfruta tu estadía. Nos vemos – dijo mientras caminaba para atrás para mirarme y despedirse de mí.
Asentí con la cabeza, me levante y sacudí, al levantar mi bicicleta me acorde que no le pregunte su nombre. ¿POR QUÉ SOY TAN IDIOTA?