Al Borde de la Muerte
Publicado en Dec 24, 2012
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Al Borde de la Muerte

No sé si han de creerme, no sé si dirán que he enloquecido, sólo espero que rescaten lo más importante de lo que les contaré, algo increíble, algo que no puedo describir, me pasó. Hubo un tiempo en el que yo estaba muy enfermo. Tenía una enfermedad hereditaria, muy difícil de curar. A pesar de los esfuerzos que mi doctor hacía, yo sabía que iba a morir. En poco tiempo, hice mi testamento, me encargué de eliminar cualquier deuda que tenía con algunos parientes y amigos, quedé bien con todos, les anunciaba que pronto iba a morir. Hasta que llegó el día. Me llevaron al hospital a media noche, los enfermeros, hasta el mismo doctor me trataron lo más rápido que pudieron, y yo ya estaba escupiendo sangre. Me llevaron a la sala de operación, y mientras me operaban, no sabía por cuánto tiempo lo hicieron, debió ser bastante, gracias a la anestesia perdí la noción del tiempo, y lentamente iba perdiendo la respiración. Ya no recibía impulsos nerviosos, mi corazón se detuvo. Mi doctor pensó que había muerto, quise decirle que no, que yo seguía vivo, pero creo que ni mis ojos se podían mover, todo mi cuerpo estaba inmóvil gracias a la dosis triple de anestesia que me inyectaron. Pero no se dieron por vencidos, intentaban a toda costa revivirme, una, dos, tres, escuchaba, y nada, no volvía a la normalidad, no podía hablar, empezaba a asustarme.

Yo también hacía de mi parte, no sé qué hacía pero pujaba, como si hacer eso serviría, pero igual lo hacía, pujaba cada vez con más fuerzas, hasta que, algo malo creo yo, por intentar despertar, me hice ideas, vi una luz inmensa succionarme, llevarme con fuerza hasta lo alto, donde provenía esa luz succionadora. Me dejé llevar, cerré mis ojos, y no vi cómo mi alma se desprendió de mi cuerpo, no sabía que en unos instantes experimentaría lo que algunos esotéricos llaman "viajes astrales" extraordinarios, pero lo que yo estaba experimentando, era algo diferente, era algo completamente distinto. Al parecer, esa luz era real.

Mientras flotaba por esa angosta luz succionadora, reluciente, tan misteriosa, tuve la curiosidad de voltear, y me vi, vi cómo seguía el médico y los enfermeros en revivirme, quise despedirme, pues sabía que ya nunca más iba a regresar. Entró pánico en mi alma, ya estaba por mucho tiempo viajando, no sabía hasta dónde iría, no me di cuenta en qué momento llegué, y mi corazón volvió a sentirse confiado, el pánico desapareció, y me vi en un hermoso lugar, al parecer había llegado a mi destino.

Cualquier persona hubiera actuado mal, se hubiera vuelto loca, gritaría e intentaría matarse, pero cómo se ha de matar a un alma, viviría aterrado. En cambio yo no, me sentí muy confiado, me sentí bien, ya no tenía dolencias, me sentí libre.

-Al fin descansaré en paz -dije, mientras veía un paraíso, veía un lugar tranquilizador, y creo que cualquiera se hubiera sentido tranquilo al ver lo que mis ojos ven, ya no gritarían, ya no se desesperarían, sentirían lo que yo siento, paz en mi corazón.

No sentía angustias, no sentía maldad, había olvidado lo que era la maldad, sólo quería ir corriendo por los jardines del Edén, explorarlo todo. Descubrí lindas cascadas que terminaban en lagunas de colores, flamencos cantando melodías como pájaros, los animales salvajes no eran salvajes, sino mansos, algunos leones lamían el blanco rostro de algunas ovejas y a ellas les gustaban. Me sentí muy contento al ver todo esto, pero estaba solo. No veía a nadie cerca. Detrás de unos árboles hermosos, vi un templo al igual o mejor que el bosque, más hermoso que esas flores que nunca en mi vida había visto, me acerqué un poco más, era una iglesia. Me acerqué, vi personas y seres alados, todos resplandecientes, el pastor era aún más resplandeciente que todos, y casi ni se le podía ver.

- ¿Qué haces aquí? -Escuché una melodiosa voz, yo volteé esperanzado, un ángel hermosísimo me hablaba.

-Pues, he muerto -Le dije con una sonrisa.

-No lo creo -dijo el ángel preocupado- tú no debes estar aquí, todavía no has muerto.

En instantes sentí dolores muy fuertes en el pecho, empecé a sentir ansiedad, mis ojos se me nublaron, ya no pude ver nada.

-Sé fuerte, tienes mucho que vivir, tu muerte llegará pronto, nos volveremos a encontrar. -Escuché ahora, era la voz del ángel, yo tenía miedo. Intenté explicarle que estaba miles de veces mejor aquí que en la tierra, que no quería volver, que si podía matarme o algo así, la voz iba desvaneciendo, repetía que no me preocupara, que estaría bien. Mi alma volvió a mi cuerpo, estuve consciente, no sentí dolor alguno.

-Lo hemos revivido -Dijo mi médico, sonriente y sudoroso -estuvimos por horas, creíamos que ya había muerto. Ya lo íbamos a anunciar, ¿puede creer las consecuencias que ocasionaría?

Mis impulsos volvieron, abrí mis ojos, ahora sí los abrí de veras, desperté con una sonrisa, sentí esa paz en mi corazón, pensé que si contaba mi experiencia, nadie me creería, y por eso lo escribo, esperando pacientemente a que intenten creerme, no sé cuándo, pero sé que llegará, por mi parte, intento vivir lo mejor que pueda cada día, pues sé que pronto volveré a ese hermoso lugar.
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Foto del autor Jane
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Miembro desde: Nov 23, 2012
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Descripción

Un hombre asegura haber tenido un viaje al borde de su muerte. Después de lo que experimentó, vive completamente feliz, asegurando haber visto el Paraíso. PALABRAS DEL AUTOR: ¡Feliz Navidad a todos mis lectores! Me hubiera gustado escribir una historia navideña, pero por tiempo, y por escasa imaginación, no pude hacerlo. Me sentí atraído por esta, ya que lo escribí hace tiempo y ahora pasa a la colección de cuentos de este género, bueno les agradezco a todos los que me leen, me apoyan, un saludo cordial, y ahí me cuentan qué les pareció esta historia por navidad. Gracias :D

Palabras Clave: Borde muerte paraíso ángel sueño Dios basado hechos reales imaginación pensamiento ficción sobrenatural angustia.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Joderick Morgan

Derechos de Autor: Copyright 2012.


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