Mil Aves
Publicado en Dec 24, 2012
Aquella tarde de invierno, mil aves volaron siguiendo el calor del sur. Su vuelo se desviaba por el fuerte viento que debían traspasar, y las plumas de los caídos llegaban a mis manos tal como mis cabellos llegaban a ellas.
El viento guiaba mi cuerpo hacia las magníficas olas, ¿Ellas me estaban llamando? Quizás viajar al interior del océano era el mismo destino de las aves que viajaban buscando el sur. Y la fría agua me alentaba a seguir, aunque mirara atrás, ya había borrado las huellas de mi destino. Sólo avanzaba, avanzaba. El agua recorría mi cuerpo, tapaba mis oídos que ya no podían escuchar el graznido y el agitar de las aves. Caía a un abismo interminable, un vértigo infinito. Mi cuerpo chocaba contra la suave arena, mientras que mi ropa se separaba de mí, uniéndose a rieles que serían la prueba de mi existencia. ¿Es esto amor desnudo? Un camino, un nuevo vestido, un cuadro. La puerta del mar, una mansión que nunca abrirá sus puertas. El sonido del reloj me anuncia que mis oídos han despertado, el techo de una mansión cubierta por caracolas cubre también mis ojos, mis ojos que miran y miran pero no observan, mi conciencia aún no puede despertar. El viento sopla, guiando mis cabellos al cielo, pero las blancas plumas caen a mis manos. Cierro mis ojos, siento la calidez de las mil aves dando cobijo a mi cuerpo, siento el agua entrando a mí, su frialdad congela mi corazón. Mil aves, diez mil plumas, una vida marchita. Hay una chimenea, intento encender el fuego que se disfraza de azul y camina por mis dedos apagándose frente a mis ojos. No acaba con el frío, pero consigo que el viento aumente como el sonido del reloj. Allí está el cuadro. Sé que si abro la puerta, el mar me llevará. Si no huyo, moriré y me convertiré en un ave más, pero mis pies no desean moverse. Ah, una persona del otro lado del cuadro me observa con detenimiento. Suenan los cascabeles, y el veloz reloj se detiene. -¡Dale descanso a tu alma, cuerpo errante! Mil aves vuelan al sur, yo las miro y me burlo de mí misma. Viajo a las aguas del norte.
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