Apenas contaba con la edad de nueve dichosos años, más pareciera que media vida le pertenecía!!! Tenía el pelo castaño claro y unos ojos de color verde intenso en una mirada rebosante de curiosidad en un mundo por descubrir. Lucas era el mayor de tres hermanos, Carolina y Ximena eran sus hermanas menores, de cinco y tres años, respectivamente. Vivían en un pequeño pueblo costero situado al norte de Galicia.
Su madre... una mujer hermosa llena de vida que principalmente se dedicaba a la atención de sus tres pequeños y a todo lo que una vida familiar conlleva. Su padre era un hombre robusto, de aspecto saludable, por su fortaleza podría decirse que su trabajo requería de un gran esfuerzo físico. Y en realidad, así era... pescador de profesión!!!
La vida de Lucas transcurría apacible... era un buen hijo, sus padres no tenían duda de ello. Se despertaba cada mañana sobre las cinco de la madrugada con el ruido inevitable del regreso de su padre después de una dura jornada de trabajo. Se mantenía despierto mientras escuchaba el sonido del agua en la ducha. Minutos después, su puerta se abría lentamente y sentía en su frente un beso fresco y perfumado. Ahora ya podía seguir durmiendo tranquilo porque su héroe ya había regresado a casa!!!
A las ocho de cada mañana de colegio, sonaba el despertador... en la cocina le esperaba un buen desayuno, y bien vestido y aseado, con un beso de su madre, se disponía con sus dos hermanas a la parada del bus que estaba justo delante de su casa. Por la tarde regresaban del colegio, a eso de las cinco... Y después de una rica merienda, se iban a la plaza a jugar con los demás niños del pueblo. Era un niño feliz, pero sobre todo...era un  niño muy curioso e inquieto.
Su vida giraba entorno a su padre. Cada atardecer lo acompañaba hasta el muelle donde estaba atracado el barco y allí se despedían, se quedaba un buen rato observando la tarea de cada marinero, hasta verlos partir. Volvía a casa donde su madre estaba atareada con la cena, y en la espera, Lucas releía una y otra vez todos los libros que su padre le había regalado; de barcos Piratas, Bucaneros, Vikingos... y también de tesoros!!! Soñaba con ser capitán de un barco y surcar los mares sobreviviendo a las peores tormentas, vencendiendo en las más duras batallas y haciéndose con los mejores tesoros!!!
Una noche cuando sus padres le hacían durmiendo... escuchó a su padre decir que venían tiempos duros, que tocaba faenar en otros mares, lejos de su hogar y de su familia. Pasaría largas semanas sin regresar...Esa noche apenas pudo dormir, envidiando las aventuras que iba a correr su padre, y él con su barco atracado en cualquier puerto de un libro... no era justo!!! Tenía un sueño y quería hacerlo realidad.
Llegó el temido día en que su padre tuvo que partir por un largo tiempo. Era una hermosa tarde de verano... muy apenado dejó a su familia atrás para zarpar en quel barco que ya era parte de su vida.
 
La bodega del barco estaba oscura y fría, aun guardaba el olor a pescado de días anteriores. No podía calcular con exactitud el tiempo que llevaban navegando, puede que unas cinco o tal vez seis horas , o puede que diez, quien sabe... Tenía hambre y a pesar de la manta que le envolvía, sentía frío. La oscuridad empezaba a asustarle y echaba de menos su hogar. Por lo que tímidamente decidió salir de su escondite para convertirse en un marinero de agua salada. Cuando su padre lo divisó a bordo del barco, se horrorizó pero ya era tarde para regresar, la costa había quedado muy lejos y ya no era posible retroceder. 
Venticinco largos días con sus respectivas noches, fue lo que Lucas vivió a bordo de aquel barco. Se convirtió en pescador ayudando con las redes y los peces. Vió tormentas que jamás pudo imaginar, Piratas y buscadores de tesoros... hasta alguna sirena creyó divisar... -Papá, de mayor seré como tú!!...