Con tu mirada siembras mundos.
Con tu mirar colocas amores en mis ojos.
Colocas poemas en las páginas albinas
allí donde se ciernen los márgenes azules.
Con tu mirada recojes mi presencia
y la colocas más allá de los vestigios
en los que los siglos demolieron mis huesos
y sentí mi carne desmembrar de mi mismo
en decepcionante podredumbre de epítetos
donde mi vida entregué a las vaguadas.
Con tu mirada dulce, sinusa, creadora
quitas de mis párpados peso e hidropesía.
Me haces sentir como caleidoscopio
que puede acceder a sustancias perceptibles.
Con tu mirada, provees ese bálsamo,
que quitan las molestias que corroen mis ojos
y me devuelves a la altísima morada
donde puedo mirarte, extasiada, en ti misma.
Allí donde tus ojos forman soles
me llevas con la luz de la que va auxiliando.